Capitulo IV. ¿La fortuna o el destino?

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Earth tuvo que cerrar la puerta del balcón para que se mitigara el sonido del felino mientras le hacia la promesa a la casera de algún día platicar con su nieto para que tomara conciencia de sus responsabilidades; una vez que pudo finalizar la llamada se puso en cuclillas y se recargó en la barandilla, soltando una gran carcajada de nerviosismo —yo rompiendo reglas y mintiendo por un gato...— movió la cabeza y siguió sonriendo, el jamás se metía en problemas, de hecho hasta la noche anterior su vida era muy ordinaria; dio un gran suspiro y entró al departamento por su cabeza pasó la idea de irlo a dejar en algún refugio, pero al abrir la puerta del baño, cesaron los maullidos demandantes remplazados por un fuerte ronroneo y restregando su pequeño cuerpo en los pies del chico. Con tales actos decidió que realmente no podría abandonarlo.

Lo levantó y lo llevó a la sala, se sentó en el sofá y con mucho cuidado quitó el vendaje de la pata, tenía curiosidad por saber que tan grave era la herida; se encontró con una abrasión, como si algo hubiese arrancado un poco de su piel y pelaje, el pequeño se estremeció pero no salió huyendo, parecía incomodo pero no se quejaba. Earth pensó que debía hacerle curaciones pero no tenía idea de cómo sin embargo se le ocurrió la manera para sacar al cachorro de la casa y buscar alguna veterinaria.

Tenía una maleta algo rígida que utilizaba para su trabajo; al salir de la carrera de artes escénicas su sueño era ser actor pero lo único que consiguió fue ser utilero en una compañía teatral. Aquella maleta era espaciosa pero podía llevarla en la mano, solo dejaría un poco abierto los cierres para que pudiera tener ventilación; puso algunas playeras y satisfecho de su idea, fue a tomar un baño y almorzar algo pues era domingo por la mañana así que no creía que a esa hora estuviera abierto algún lugar.

Casi a medio día e intentando no ser muy obvio, Earth salió del edificio. Había recordado que en la plaza comercial de unas cuadras más adelante donde le recomendó la casera hacer sus compras, había un lugar con accesorios de mascotas, probaría suerte ahí, sino quizá en ese mismo lugar podrían darle mejores referencias. Al llegar le preguntó a una joven que se encontraba en el mostrador — ¿disculpa aquí pueden atender a un gatito herido?—

Ella contestó de manera muy amable —Claro puede traerlo, tenemos varios veterinarios y algunos técnicos como yo que podemos atenderlo según la gravedad, solamente que los domingos cerramos un poco más temprano— Earth asintió con la cabeza bastante serio a las indicaciones de la chica, puso el maletín en el mostrador y lo abrió sacando con cuidado a su pequeño amigo, lo cual hizo que la joven sonriera disimuladamente, quizá porque el pelinegro parecía muy nervioso o le pareció tierno la manera en que lo traía, sin embargo el chico tenía su atención puesta en el cachorro y le explico la situación.

— Ayer en la noche encontré a este pequeño gato, parece tener una herida grave pero yo no soy bueno con esto, nunca he tenido mascotas— acercó al gatito para que ella pudiera verlo.

— ¡Oh vaya! Es bastante la zona afectada pero...— la chica se detuvo y al revisar lo miró algo extrañada.

— ¿Pasa algo?— preguntó Earth con cierto temor.

— No, disculpe este gato me es conocido... ¡Mix! ¿Puedes venir por favor?, ¡tenemos un gatito herido!—gritó a su compañero quien se asomó de modo muy cauteloso desde el fondo del establecimiento.

— Apresúrate por favor ¿no es el gatito que encontraste hace unos días en tu facultad?— la pregunta de la joven hizo que su compañero se pusiera aún más titubeante en su andar y tartamudeando contestó a su pregunta.

—Eh... No lo sé... Se parece a él pero lo di en adopción a otra persona... ¿es solamente curación?— Tomo al felino en brazos y parecía que le conocía, así que Earth empezó a sospechar de aquel chico, pues su altura y complexión encajaba al de la persona de la madrugada.

—Si por favor, la herida está cicatrizando bien pero está un poco sucia, no creo que deba pasar con algún veterinario— contestó a su compañero y luego se dirigió a Earth. — No se preocupe yo valoro que está bien la herida solo luce aparatosa, por favor déjeme tomar sus datos y luego espere en los asientos—.

Earth tenía real curiosidad por la actitud del chico, no era desconfianza pero tampoco se lo podía explicar, era más bien un dejo de anhelo de que en realidad fuese él aquel desconocido.

HAY UN GATO EN EL TEJADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora