22. Cena de acción casi de gracia

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Aylen

No puedo creer que Tom se acostara con alguien más esta noche, que lo hiciera en otro momento me importaría un rábano, pero es que hoy me invito a salar a mi. A MI. Lo peor de todo es que fue el idiota de Michael quien se dio cuenta, no podía ser alguien más. Cuando voy a la sala y lo veo riéndose la peor versión de mi se encendió. Pensé que le había contado a todos sus amigos lo de Tom, y sin pensarlo más le lance el vaso de vodka encima.

Salió muy enojado, tanto que por un momento pensé que rompería algo que tuviera al alcance, pero no. Cuando fui a disculparme pasó lo mismo de siempre, pasé de estar disculpándome a estar discutiendo.

No soy capaz de decirle al idiota que me importa, y que cada vez que la cago con el me siento realmente mal. Y no es precisamente lastima lo que siento por el. Pero solo le tomo un segundo para recordarme que él puede tener a la pendeja que se le de la gana en su cama.

He intentado sacar de mi todos esos absurdos sentimientos que tengo hacia Michael, por un momento pensé que estando con Tom se resolvería esta mierda, pero no.

Se veía extremadamente sexy con su disfraz de aviador, parecía sacado de la película de Tom Cruise. Cuando por fin estoy en mi habitación me tiro sobre mi cama. ¿Qué estará haciendo? Seguramente está teniendo sexo con cualquier aparecida. Soy una estúpida, yo aquí pensado en él.  

Las cosas entre Michael y yo no han mejorado de ninguna manera. Seguimos en una guerra constante. Y más ahora que no para de molestarme con el tema de Tom. No para de decirme que debería seleccionar mejor. A él ¿Qué mierdas le importa?

–   Yo creo que le gustas – me dice Mel.

–   A él le gustan todas – digo mientras términos mis apuntes.

–   No, lo digo enserio – la miro y niego –. Lo he visto.

–   ¿Qué has visto? – ella pone su mano sobre mi libreta.

–   Como te ve – ruedo los ojos –. Ustedes lo único que hacen es lastimarse, nunca se han dado la oportunidad de hablar como personas.

–   Eso nunca va a pasar – menciono –. Ahora quita tu mano.

Hace lo que le ordeno. He decidido que no me voy hacer más ideas con Michael, buscare la forma de dejarlo fuera de mi cabeza. No quiero salir lastimada, y es lo único que obtengo cada vez que nos vemos. Nos decimos cuanta estupidez se nos pase por la cabeza.

Es tradición que mis abuelos inviten a las familias de mis amigas para acción de gracias, inclusive algunos de sus vecinos también nos acompañan. Mi abuela dice que entre más estén en la mesa, mejor cera la noche.

Estamos esperando que Chris termine su entrenamiento, de esto se trata mi vida ahora. Lou, Owen y yo somos los disparejos. Pero a donde vaya Mel vamos nosotros.

–   ¿Adivina quienes van a ir a la cena de acción de gracias de tu familia? – pregunta Mel.

–   ¿Quiénes? – pregunto de regreso.

Por favor, por favor, por favor, que no sea Michael. No lo quiero ahí. Me he propuesto que no le daría importancia, pero es que tenerlo cerca de mi familia es un momento muy incómodo.

–   Chris, Logan y Michael – dice emaciada.

Ruedo los ojos, espero que por el bien de esa cena llevemos la fiesta en paz. Ya es suficiente con lo que pasa en el instituto. Se los horarios de Michael cuando esta con mi abuela, y desde que me los se no he ido cuando el esta, para evitar discusiones.

–   ¿Qué pasa? – pregunta Mel al ver mi cara.

–   No quiero que vaya Michael – susurro.

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