33. Madre

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Mikkel

Hace mucho tiempo no pasaba una navidad así, me siento extraño. Normalmente es un baile con cientos de personas que al igual que mi padre aparentan querer tener un gesto con las personas que no son tan afortunadas como ellos. Es mucho el dinero que se recauda y los regalos.

Pero están aquí en medio de la familia de Aylen es un nuevo mundo, no sabía que regalarle exactamente hasta que vi en mi cuarto los libros. Se perfectamente que Aylu es mucho más de lo que se ve en su físico, le encanta leer y que más que el libro favorito de Jo. Mi madre hace algunos años me había regalado ese libro, en la última página había una nota pero no quiero que Aylen lo vea así que por esa la arranque.

Ver a Noah con sus entradas, a Kate con su broche personalizado, a Anne y Danny con el vinilo me hace sentir realmente bien.

Tengo otro regalo para Aylen, es algo sencillo que hice pero no creí correcto entregárselo delante de toda su familia. Hace un tiempo ella me había pedido que la dibujara, no son un experto pero debo decir que me ha quedado hermoso su rostro.

Anoche me encanto bailar con Aylen, pareciera que iría al fin del mundo conmigo y me da miedo. No quiero que haga cosas que no le agraden, pero es tan difícil leerla que no se cuando hace las cosas por gusto que por apoyarme.

Recibí una llamada de Jo para desearme feliz navidad, se escuchaba un poco triste y sin dudas la razón es el viaje de mis padres. No puedo creer que la dejaran sola, no puedo creer que la dejara sola. Quisiera que ella pudiera descubrir el mundo, quisiera sacarla de esa casa sin que su salud este en riesgo, es una mierda que le pase eso precisamente a ella.

– En que piensas – susurra Aylen en mi oído.
– En el auto hay otro regalo – ella me mira –. Te juro que no gaste ni un centavo en él.
– Pero no has abierto tu regalo – señala la caja que tengo al lado.

Se me había olvidado por completo su regalo, ella se sienta en mi regazo mientras yo abro el regalo. Es una bufanda, cuando la saco veo que debajo hay otra cosa. Es un estuche negro para mí celular, en la parte de atrás tiene el número 23 y está su firma.

– Es tu número – susurra –. El de tu camisa del equipo.
– Lo se – digo mirando aun el regalo.

Saco del bolsillo mi celular y sin pensarlo mucho lo cambio por el nuevo. Este tipo de cosas me parecían completamente ridículas hace poco tiempo, pero ella se ve realmente feliz que use su regalo.

– Creo que has enamorado a mi papá – dice haciendo círculos en mi cabello.
– Es un halago, pero me interesa más que se enamore la hija – murmuro.
– Eso dalo por hecho – acerca sus labios a los míos.

Logan llega y nos abraza.

– Aquí están dos de mis personas favoritas – dice con entusiasmo –. Te besaría Aylen pero amo mi rostro.
– Venga Logan – le digo apartándolo –. Debes conseguirte una novia.
– Aylen quieres ser mi novia – lo fulmino con la mirada.
– ¿Te gusto tu regalo? – Aylen pregunta.
– Si – lo señala –. Está muy linda, gracias.

Es una gorra. Es raro ver que por fin disfrutamos de regalos, nuestros padres siempre nos han comprado regalos muy costosos. Aylen me acompaña hasta el carro para ir por su otro regalo, ella se sube en el lado del conductor y yo al otro lado. Tengo que aceptar que Aylen se ve muy bien frente al volante, le doy las llaves y ella niega.

– Ni loca manejo esta carro – sentencia.
– ¿Por qué no? – ella enarca una ceja.
– Te recuerdo que mi papá es amante de los carros y se perfecto que este carro no es económico – ruedo los ojos.
– Debes dejar de pensar en cuanto cuestan las cosas – expreso –. Si te doy las llaves es porque confió en ti.
– Nunca me has visto manejar – Dios dame paciencia.
– Como quieras – digo sin más

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