Aylen
Michael lleva casi una hora sentado en el muelle lejos de todos nosotros. Chris en un par de ocasiones intento ir, pero Mel y Logan lo detuvieron. Me siento realmente mal, acepto que debí contenerme y no decir nada. Lou me ha dicho que me distraiga un poco para que pueda disfrutar de la noche, eso intento.
No me aguanto más, me levanto, tomo una de las linternas y voy por Michael. Seguramente me mande al carajo, pero no me pienso regresar sin él. Escucho a mi espalda a Mel, pero me giro para decirle que no tardo.
Michael esta sentado en el borde del muelle. Camino hasta su lado y me siento. Centro mi mirada en el cielo que esta despejado. Es de esos momentos en que lo mejor es estar en callado y que el silencio hable por si solo.
¿Qué estará pensando? ¿Qué esta pasando conmigo? ¿Por qué tengo esta necesidad de estar junto a él después de lo que le dije? Quisiera tener las respuestas.
– Michael – le llamo y el hace un sonido en respuesta –. Lo siento.
– Aylen – me llama y respondo de la misma forma en que él lo hizo –. No me interesa.
¿Por qué tiene que ser todo complicado? No puede simplemente aceptar mis disculpas, si lo que busca es que me enoje por su actitud lo esta consiguiendo.
– ¿Qué carajos te pasa? – pregunto mirándolo.
– Pasa que eres una niña mimada – me mira –. Que cree que puede ir por el puto mundo hiriendo a las personas – dice con enojo –. Y luego dice "Lo siento" – imita mi voz.
– ¿Sabes que es lo que te molesta? – ahora pregunto yo enojada –. Que sabes que lo que dije es verdad.
Se coloca en pie y yo hago lo mismo. Si el cree que puede lastimarme yo también lo puedo hacer. Vine aquí con la mejor disposición, pero si este idiota cree que puede decirme lo que se le da regalada gana está muy equivocado, yo no soy una de las ridículas con las que sale.
– Tú no tienes ni una puta idea de mi vida – sentencia.
– ¿A no? – sonrió –. Eres un cliché, crees que puedes ir lastimando a las chicas porque no son lo suficiente para ti.
– Pues si, soy un cliché – me reta –. Y lanzas esto ahora porque estas celosa.
– ¿Celosa? – comienzo a reírme –. No mi amor, brincos dieras. Tú puedes andar con cuanta estúpida se te cruce por delante.
– ¿Segura? – asiento –. No parece.
Se da la vuelta y la bruja que hay dentro de mi sale. Esto no se va a quedar así. Lo tomo del brazo y lo obligo a verme.
– Aún no hemos terminado – le recuerdo –. Deja de salir corriendo.
– Yo no tengo nada más que hablar – expresa.
– Pues yo si – me cruzo de brazos –. Los dos sabemos que has estado con todas esas estúpidas porque yo pase de ti.
– Piensa lo que quieras, yo me largo – le tomo del brazo nuevamente –. ¿Qué? ¿Qué quieres?
– ¿Por qué no puedes ser el mismo que llego a mi casa borracho? – pregunto –. Eres un idiota.
– No se de que hablas – ruedo los ojos.
Grito de frustración. Tomo una de las linternas que estaba en el piso y paso por su lado. No pienso seguir hablando con un mentiroso.
– ¿Y soy yo el que sale corriendo? – pregunta a mis espaldas –. Cuando superes que el mundo no gira en torno a ti, quizás consigas a alguien que te soporte.
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Mentiras
RomanceLa mentira y el engaño tienen fecha de expiración, al final todo se descubre, y lo que es peor una mentira lleva a otra. Al mismo tiempo el dolor aparece y destruye todo a su paso. Mikkel tiene todo lo que el quiere, no le importa pasar sobre lo...