27 | Traición

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Tiró todas las pruebas de embarazo positivas en el bote de basura y salió del baño, llegando a una tienda de ropa para comprarse una sudadera negra con capucha. No sabía si hoy era el día en que lograría irse, si Dumbledore podría ayudarla a tiempo, o si Voldemort la encontraría primero.

Él estaba ocupado terminando de hacerse con el Ministerio, cazando a los hijos de muggles y combatiendo a la Orden del Fénix y los aurores, lo último que debería estar en su lista de preocupaciones era perseguir a su esposa, pero Eloise sabía que lo estaba haciendo. No solo eso, estaba segura de que era la prioridad.

Era tan irónico que fuese su prioridad en un sentido tan malvado. Voldemort ya no la necesitaba. Era lo suficientemente tenebroso y poderoso para dejar de requerirla, pero tampoco iba a dejarla ir. Lo supo cuando le dijo que era su señor. Se suponía que ninguno iba a tener más autoridad que el otro, pero ahora entendía que alguien como Voldemort no tenía honor, y que romper cada una de sus promesas era insignificante para él, sin importarle que para Eloise lo era todo.

¿Cómo pudo llegar a casarse con alguien así? ¿Cómo pudo llegar a amarlo? Todo estuvo ahí, desde que vivían en el orfanato. Su crueldad, su fascinación al dolor de los demás, su colección de juguetes robados que consideraba trofeos para sus victorias aplastando a las personas. Estaba frente a sus narices, y aunque Eloise lo vio, prefirió ignorarlo, porque él le ofrecía consuelo, le ofrecía amor y protección y un lugar seguro.

Tenía muchas ganas de enfrentarlo y echarle en cara todas sus mentiras, pero no podía hacerlo, no ahora que llevaba un bebé en su vientre. Por fin comprendía que un asesino no tenía remordimiento, y por lo tanto podría hacerle cualquier cosa a Eloise que pusiera en riesgo su embarazo. Contárselo no era una opción. El hecho de que fuera su esposa, el supuesto amor de su vida, no valía nada. Voldemort atentaría contra su bienestar si así se aseguraba de que Eloise no pudiera apartarse de su lado, convirtiéndola en su fiel mascota.

Lo odiaba de tan solo pensarlo. Era la bruja más inteligente de su generación, no iba a reducirse a ser otro más de sus trofeos. Se merecía más, e iba a luchar por más.

Después, ayudaría a derrotarlo. Tal vez no asesinarlo, porque solo el cielo sabía lo mucho que Voldemort estaba metido bajo su piel, y que su muerte implicaría un derrumbamiento de su vida. A pesar de todo, en el fondo seguía siendo su Tom. Estaba perdido, pero debía estar ahí. Tenía que estarlo, o todo esto habría sido en vano.

Eloise caminó por la acera, con la cabeza gacha. El estómago le rugía intensamente pero detenerse a comer era un riesgo muy grande. ¿A dónde podría irse mientras esperaba? Primero, tenía que abandonar esta colonia. Los mortífagos eran mayoría entre los magos, por lo que veía uno diferente en cada esquina. La Marca Tenebrosa continuaba ardiendo, feroz, siendo totalmente ignorada por Eloise. Ella la diseñó y la creó, ¿cómo se atrevía a usarla en su contra?

De pronto, una conmoción en la calle siguiente hizo que Eloise se detuviera y se pegara a la pared, asomando levemente la cabeza. Un grupo de mortífagos estaba reunido en la entrada de una cafetería, revisando a cada comensal femenino, así como a las mujeres que simplemente pasaban por la calle. Entre el grupo estaba Avery, Bolton y Travers. Debieron haberle seguido el rastro para encontrar a Bolton y despretificarlo.

Eloise escupió una grosería y se ajustó más la capucha, yendo en la dirección contraria, pero se volvió a detener cuando identificó a otro grupo adelante haciendo lo mismo. Estaba rodeada de ambos lados, detrás de ella había un callejón y cruzar la calle no era opción, porque los mortífagos observaban en todas las direcciones. Refunfuñando, tomó la dirección del callejón.

Tenía un mal presentimiento. Inquieta, se rodeó el vientre con las manos de manera protectora.

Llegó hasta el final del callejón, observando los objetos que podría usar para treparlo sin  herirse físicamente. Cuando iba por un tambo lleno de bolsas de basura, un carraspeo la paralizó.

Forever | Tom Ryddle [HP 0.5] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora