06 | Hogwarts

10.4K 937 206
                                    

—Ten.

Eloise levantó la cabeza para encontrarse con que Tom le estaba ofreciendo un yoyó verde limón, ligeramente viejo. De inmediato supo que no era suyo, porque se lo había visto a Jonh la semana pasada.

—¿Se lo quitaste a Jonh? —Preguntó con reproche.

—-Sí.

—Entonces no lo quiero. —Sentenció la castaña volviendo a su lectura. Tom se encogió de hombros y comenzó a jugar con el yoyó; por el rabillo del ojo, Eloise vio que la cuerda se enredó y Tom lo estaba agitando con molestia. Escondió su sonrisita detrás del libro.

Al final, ya hartado del juguete inútil, Tom fue hasta el armario de su habitación y sacó la caja llena de objetos de diferentes propietarios. Todos se los había quitado a un niño diferente, luego se los había regalado a Eloise, pero ella rechazaba cada uno de ellos. A Tom le daba igual que ella no los quisiera, de todos modos se los iba a quedar, aunque no los usara. Ahora él era el dueño de todos.

—¿Por qué se los quitas si no los usas? —Eloise se dio vuelta en la cama, quedando en el borde, y su lacio pelo café cayó en cascada a ambos lados de su cara.

—Porque quiero —fue la respuesta de él. Eloise asintió lentamente.

—¿Los tienes como trofeos? —Insistió, estirando un brazo fuera de la cama para alcanzar sus zapatillas negras—. ¿O es una especie de récord tuyo?

—Me gusta tenerlos, es todo —concluyó él guardando la caja con el yoyó adentro, y cerró el armario. Fue hasta donde Eloise jugueteaba con sus zapatillas, se las quitó de las manos y se sentó en el suelo, dándole cara a la chica—. ¿Qué quieres para tu cumpleaños?

Eloise abrió los ojos con sorpresa.

—¿Me vas a dar un regalo?

—Por algo te lo estoy preguntando.

—Yo no te di nada —comentó, apoyando su cabeza contra la almohada—. De hecho, nunca nos hemos dado nada antes.

—No importa, yo quiero darte algo esta vez. Cumples once años.

—Tú los acabas de cumplir hace unos días —ella tomó la mano de Tom, distraídamente—. ¿Qué tienen de diferente con los diez años?

—No lo sé, pero se siente diferente.

—Uhm —murmuró pensativa. Estaba acariciando la palma de Tom, trazando las líneas de su piel con delicadeza.

Tom la veía a ella, como siempre. Alzó su otra mano para quitarle el cabello de la cara y Eloise le sonrió dulcemente, entonces Tom se inclinó y la besó en los labios. Lo hacían muy seguido desde aquel primer beso, solo cuando estaban solos, y el gesto no duraba más de tres segundos. Ninguno comprendía totalmente la magnitud de lo que besarse significaba, pero se sentían bien haciéndolo y no iban a parar.

—Quiero una tarta de calabaza —dijo Eloise después de pensarlo un momento.

—¿Una qué? —Tom arrugó la cara, disgustado—. ¿Por qué querrías eso?

—Porque es algo que no puedes conseguir en el orfanato, así que no vas a robárselo a nadie —declaró satisfecha—. Y porque me gusta la calabaza.

—Si así lo deseas...

En ese momento, la puerta de la habitación se abrió y la directora entró a trompicones. Eloise se incorporó de inmediato pero Tom no se molestó en ponerse de pie.

—¿Tom? —Habló ella, y no pareció sorprendida de ver a la chica ahí mismo, como si fuera normal que estuviera junto a él en todo momento, incluso cuando no estaba permitido que estuviera ahí—. Tienes visita. Te presento al señor Dumberton... Perdón, Dunderbore. Ha venido a decirte... Bueno, será mejor que te lo explique él.

Forever | Tom Ryddle [HP 0.5] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora