Brisa
Cuando desperté, seguía sintiéndome avergonzada. ¿Cómo demonios me había atrevido a invitarlo a subir? ¿Cómo pude haber sido tan inconsciente?
No sabía que pensaría Luc de mí, aunque no era lo que más me importaba, sino el hecho de que me haya rechazado. No había pasado ni una hora, desde que nos habíamos estado liando en su cama, pero cuando quien avanzo fui yo, no tardó en pisar el freno.¿Acaso se sintió intimidado? Seguramente no esperó que tomase la iniciativa luego de la cantidad de veces en las que lo rechace.
Sí, eso tiene que ser, porque sino no tenía otra respuesta.Sin otra cosa que hacer, pase el día limpiando el apartamento, terminando de sacar la mierda de Jerry. Era increíble como a pesar de haber creído que me había deshecho de todo, aún quedaban varias de sus pertenencias.
Claro que cada una de estas fue a parar al lugar que le correspondía, a la basura, dónde también debería estar metido mi ex.Pero no fue sino hasta las ocho, cuando mi teléfono comenzó a recibir mensajes de Luc.
Al principio pensé en ignorarlos, cobrándole de esa manera el desaire de la noche pasada, pero luego me di cuenta de que esa actitud era completamente infantil y no iba acordé conmigo. Así que con cierto reparo, leí los mensajes.*Luc: Aún sigo avergonzado por lo de anoche, espero no estés molesta.
*Luc: También siento que debo volver a disculparme por lo sucedido con mi madre.
*Luc: Dime algo Brisa, sé que la jodí, pero en verdad debía volver al bar.
Suspiré y comencé a teclear sobre la pantalla.
*Brisa: Perdón la tardanza, estaba dándome un baño. No tienes que preocuparte, eso ya quedó olvidado.
No había manera de que lo olvidará, de hecho, no dejaba de pensar en ello. Aunque había tratado de distraerme, durante todo el día, no podía arrancar el recuerdo de mi triste intento de ligue.
Pero no por ello debía dejar que él lo supiera, ya suficiente bochorno era su rechazo, por lo que no permitiría que viera cuánto me había afectado.*Luc: Yo no lo olvido, aún lo lamento.
Pues éramos dos. Pero si tanto lo lamentaba, ¿Por qué no se quedó?
No había nada de malo en ser un poco egoísta, de cualquier forma, si su madre no nos hubiera interrumpido, tampoco hubiéramos salido del cuarto.*Luc: Quería tanto quedarme que no logro dejar de imaginarte.
*Brisa: Tú decidiste solo quedarte con tu imaginación.
Al enviarlo, me arrepentí, pero el desgraciado ya lo había visto y no había manera de retractarme.
*Luc: No tenía otra opción.
*Luc: Te lo puedo asegurar.
Mordí mi labio inferior, debatiéndome entre jugar o no con él. Pero lo malo de hacerlo, es que no solo él se quedaría con las ganas.
*Brisa: Ya tendrás oportunidad de demostrarme cuánto lo querías.
*Luc: ¿Vienes está noche?
*Brisa: No. No me arriesgaré a encontrarme de nuevo con tu madre.
Ni a ser estafada…
*Luc: Ella no vendrá, fue a visitar a mi hermana.
*Brisa: Aún así no lo creo.
*Luc: Ven, no te arrepentirás.
*Brisa: ¿Lo prometes?
Era débil, pero no tenía nada de malo divertirme de vez en cuando. Además, a excepción de anoche, él siempre había hecho lo que decía que haría.
Tenía que darle otra oportunidad y comprobar si en verdad esta vez, terminaba lo que empezaba.*Luc: Lo prometo.
Observé la hora y vi que faltaban veinte minutos para las nueve de la noche. Conociéndome, hasta que terminara de arreglarme, tardaría una hora más.
*Brisa: Entonces iré, pero llegaré un poco tarde.
*Luc: Te espero.
Dejé el teléfono y corrí al baño, lo primero que debía hacer era tomar una ducha y quitarme todo el mal olor que había conseguido luego de limpiar todo el día. Lo segundo, elegir algo que ponerme y por último, tomar el valor para llegar allí.
La hora, que supuestamente creí que tardaría, se convirtieron en dos y la espera del taxi, fue de treinta minutos, por lo que terminé llegando casi a media noche.Sin embargo, antes de entrar, alguien jalo con fuerza mi brazo y me arrastró hasta el callejón, que se encontraba junto al bar.
Al principio creí que era Luc, jugándome una broma, luego pensé que era Jerry, tratando de asustarme, pero cuando finalmente vi la cara del hombre frente a mí, comprobé que no se trataba de nadie conocido.Forcejee con él, mientras trataba de gritar por ayuda, pero eso no era posible, no cuando él trataba de cubrir mí boca con sus manos.
Me sentía asqueada de sentir sus manos en mis rostro, no sabía dónde había estado o tocado antes. Pero lo que más me atormentaba, era el hecho de no saber que quería conmigo.—¡ Cállate maldita loca! — gruñó entre dientes, antes de golpearme dos veces.
—¡SUÉLTAME! ¡AYUDA, ALGUIEN QUE ME AYUDE! — mi boca dolía y podía saborear la sangre, pero no solo de allí, tanto mis brazos, como mis piernas, sentían el ardor de una herida.
—¡Que te calles! ¿Acaso no entiendes eso?
—¡SUÉLTAME! ¡QUE ME SUELTES, ASQUEROSO! — eso solo me consiguió otros golpes.
Ahora era de mi frente, de donde sentía bajar un líquido caliente, que sabía muy bien que no era transpiración.
Estaba completamente segura de que este hombre iba a matarme, porque no se veía haciendo ningún movimiento que me llevara a pensar que quería abusar de mí, solo me golpeaba.No le había hecho daño a nadie, siempre había sido agradable con las personas, por lo que no tenía idea de porqué este hombre intentaba hacerme esto.
Sin embargo, mientras mis ojos se comenzaban a cerrar, sentí como su peso era alejado de mí.Entre la inconsciencia y la realidad, podía escuchar gritos, pero no lo que decían.
Y una vez que creí que todo había acabado, que mi atacante volvería y terminaría aquello que le impidieron, lo único que pude visualizar fueron un par de colmillos.Tal vez era producto del susto, pero no podía pensarlo. No cuando la oscuridad me arrastraba con fuerza hacia ella.
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Martinis, amor y ¿Estacas?
VampireLuego de que su novio rompiera con ella, Brisa Pizarro, solo quiere una cosa y es distancia de cualquier sentimiento que se asemeje al amor. Pero cuando su mejor amiga Débora Cabrera la desafía a jugar con dos jugadores en el campo de los coqueteos...