Brisa
Mi mano estaba ardiendo, el corte más el alcohol sobre él, era una mala combinación, sin embargo el idiota que me empujó no pensó en ello.
Ahora, mientras trataba de disminuir el bochorno que sentía, Luc no dejaba de recordármelo. No quería que me ayude, pero el terco no quería aceptar el no que estaba dándole como respuesta.—Oye espera grandulón, ¿No crees que estas exagerando demasiado? Es decir, si me corté, pero ya se desinfecto con el alcohol. —no tenía idea de a dónde quería llevarme y no podía olvidar que esté era un jugador, aunque usará apodos ridículos de ancianas.
—¿Siempre cuestionas todo? Solo quiero ayudarte y actúas como si fuera a matarte.
Estábamos atravesando un mar de personas, de las cuales varias tenían la mirada puesta en nosotros, entre esas personas se encontraba Débora, quien trataba de preguntarme qué demonios hacía con sus gestos.
La verdad es que no lo sabía, solo estaba dejando que este hombre me guiara a quien sabe dónde. Por lo que solo pude encogerme de hombros y levantar una mano, dejándole saber que todo estaba bien.—Vine con alguien y la verdad creo que no le gusta ver qué me arrastras. —de hecho, Débora parecía en verdad disgustada.
—No me importa si tu novio se molesta, no correré riesgos en mi bar.
¿Novio? Jerry nunca me hubiera traído a un lugar como este, la cantidad de personas lo harían sentirse atrapado.
No, con él estaríamos más seguros en un restaurante, en compañía de sus padres o algunos de sus compañeros de trabajo.Para ser sincera, no entendía porqué demonios seguí acompañándolo a esas reuniones, dónde la mayoría trataba de sobresalir, alzando su nariz a un nivel inimaginable.
Habían veces en las que quería pararme y mandarlos a todos a la mierda, sobretodo cuando comenzaban a hablar de sus nuevas y astronómicas inversiones, pero me abstenía, sabiendo que eso molestaría a Jerry.Si tenía que ver lo positivo de ya no seguir con él, la lista seguía creciendo.
—Nunca dije que fuera mi novio.
—Entonces no te preocupes cariño, cuando regreses verá que estás sana y salva, créeme, no te morderé. —entrecerré mis ojos hacia él, cansada de su actitud.
—¡Deja de llamarme cariño! —me quejé, pero sabía que no le importaría, ya que había hecho oídos sordos a todo lo que le he dicho hasta ahora.
Abrió una puerta y terminamos ingresando a un pequeño cuarto, el cual a diferencia del bar, estaba completamente pintado de blanco. Adornado solo con algunos cuadros, los cuales no parecían valiosos y nada parecía destacar a excepción de la enorme cama, ubicada en medio de la habitación.
Si él creía que algo pasaría entre ambos, en verdad se equivocaba.—No quieres que te llame cariño, de acuerdo, ¿Cuál es tu nombre?
—¿Por qué quieres saberlo?
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Martinis, amor y ¿Estacas?
VampirosLuego de que su novio rompiera con ella, Brisa Pizarro, solo quiere una cosa y es distancia de cualquier sentimiento que se asemeje al amor. Pero cuando su mejor amiga Débora Cabrera la desafía a jugar con dos jugadores en el campo de los coqueteos...