JHONNY

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–¿Y si lo hago?

Durante la cena compartimos agradablemente con Cinthya y Stephanie: las únicas amigas que nos quedaban de nuestra base.

–¿Están durmiendo juntas? –pregunta Julio, cortando una gran rebanada de carne asada.

–Lamento quemarte la película, chino, pero no –dijo Steph–: en realidad, yo estoy en un cuarto con Jessica Zegarra y Alondra Cabada.

–Y yo con Reina Deustua y Lucía Alarcón.

–No te las vayas a comer, ¿eh? Es broma, es broma –Julio la detuvo con las manos, poniendo punto final a la tregua en la que ambos se encontraban desde mediados del año pasado.

Luego de sobonearla para que le diera su asado, Cinthya se quejó de que no la hubieran tenido en cuenta para elaborar el menú: ella era vegana.

Por eso no tuve corazón para decirle que seguramente el puré estaba hecho con mantequilla y no con margarina de origen vegetal.

–¿Y quién queda al mando de Coma y Punto? –pregunto en lugar de eso.

–Cirse, la mamá. Y Beatriz Falcón: hace unos postres riquísimos. También Katherine Dios, hasta mediados de año cuando entre al internado, y Alex Figueroa también se sumó.

–¿Ya no estarás? –le pregunta A.J.

–Sí, pero no éste año. Termino la carrera y regreso hasta ejercer. Si no logro ejercer, pues al menos me queda el restaurante.

–Que más quiere la vaca que la echen al campo –murmuró Julio, y de no ser porque la profesora Julia Luna lo llamó aparte en ése preciso instante, tal vez ahora Cinthya sí lo hubiera descuartizado.

Regresó casi de inmediato, luego de hablar con su tocaya. Al regresar nos comentó lo que le había solicitado.

–Resulta que la muy lorna, porque otra palabra no se me ocurre, aseguró que el conjunto musical de la costa se encargaría de amenizar la ceremonia de inicio del nuevo año académico. Lo que no recordó es que el conjunto se disolvió desde que Carranza empezó a ser investigado el año pasado: y quiere que yo le apague el incendio. Después de todo, él dirigía el conjunto.

Stephanie lo miró con cara de haberse perdido desde la segundaa palabra que el chino había dicho:

–¿Tú solo apagarás el incendio?

–No, gringa. Dijo que iba a llamar a Enrique Guevara, el cajonista de cuarto ciclo; Cecilia Sanz, la bajista de segundo y...

Nos quedamos expectantes.

–Suelta pues –le dijo A.J.

–Windy Rutherford, de segundo ciclo.

Cinthya hizo una mueca de complicidad con Stephanie.

–Se la recomendaste –digo.

–No, nada: a mi me parece que ya lo tenía en mente. El asunto es que, hasta donde sé, Windy no se sabe ni Nube Gris. Podrá cantar muy bien, casi perfecto, pero sin saber la melodía ni la letra, va a estar en la calle.

–Es sólo una vez, chinito –le dice Steph–. Seguro la hace, sobre todo si la abordas mañana no bien entre. Bueno, cambiando de tema, ¿a que no adivinan quienes vuelven?

–¿Las extranjeras? –se esperanza A.J.

–Casi –responde la rubia–: Julián Echevarría, su hermana y varios de los antiguos miembros de El Club. Técnicamente vienen a ser como si fueran extranjeros...

Me levanté de golpe junto con mis amigos, interrumpiendo a la rubia. La noticia nos había caído de sorpresa.

–¿Por qué? –preguntó Julio.

Un ensueño de felicidad - Antes de las nueve IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora