EL BLOG DE LA GATA

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Ah, la policía. ¿Qué acaso creen que soy idiota? Creyeron que podrían adelantarse a mi Caballero de la muerte sonriente. Según supongo, está sobre mi pista. Que triste será para ellos saber que, cuando triangulen la IP de éste blog los llevará primero a Siria y luego a París. ¿Y de qué les va a servir, si hoy desaparece la perrita?

Supongo que si me atrapan querrán juzgarme: no los culparé. Después de todo existe un estado de derecho, ¿verdad? Pero definitivamente no antes de llevar mi venganza a cabo.

Ah, si tan sólo pudiera retroceder el tiempo. Si tan sólo no lo hubiera dejado a merced de ésa arpía. Pero ya es tarde para salvarlo: acabaré con ella, para siempre. La borraré de la historia y, una vez lo haya hecho, me mataré. Nunca me atraparán, nunca. Por supuesto, me gustaría darle un sentido a éste mugroso blog, así que para beneplácito de las autoridades les voy a dar una pista. Veamos, sigo sin ser buena para ésto. Ya lo tengo: allí donde el agua cubre cuando sale la luna, en la tierra de la que mucho amó, reposa la casi raposa. Mandaré a mi Caballero de la muerte sonriente: qué horrible será cuando la encuentren.

Pero en el fondo la perrita se regocijará, yo lo sé. Porque está sirviendo a un bien mayor. Cuídense todos: los quiere su gatita.

Un ensueño de felicidad - Antes de las nueve IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora