𝓜𝓮𝓻𝓶𝓪𝓲𝓭 𝓣𝓮𝓪𝓻𝓼 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼

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"Las sirenas no son un mito, ellas de verdad existen, pero tienen tanto miedo de los humanos que han decidido resguardarse en las profundidades del océano. Ellas no siempre fueron así de tímidas, antes ellas coexistían con los humanos en perfecta armonía; sin embargo, el ser humano es codicioso y poco a poco comenzó a desear toda la magia que existía en el mundo, eso incluía las lágrimas de las sirenas.
No eran literalmente lágrimas, se trataba de gemas preciosas, específicamente ópalos con forma de corazón. Las gemas guardaban un poder misterioso, quien las posea adquiere protección ante cualquier maldición, incluso es capaz de protegerte de enfermedades y también te otorga la vida eterna; pero la gema no te sirve de nada si se la arrancas a una sirena, si la sirena no te lo entrega voluntariamente está se convierte en una simple joya hermosa para decoración sin ningún otro tipo de valor, además estás lágrimas no tienen la forma del corazón por estética, literalmente son su corazón y sin su lágrima la sirena muere.

La única manera de conseguir una lágrima funcional es haciendo que la sirena te la entregue voluntariamente.

Cuando las sirenas se dieron cuenta de que los humanos anhelaban el poder escondido en sus piedras preciosas, ellas decidieron resguardarse en las misteriosas y frías profundidades del océano. Solamente un ser humano en toda la historia ha sido capaz de ver a una sirena, y no sólo eso, consiguió que la sirena la entregue su corazón."

Una niña de cabellos claros bostezó de aburrimiento, la pequeña rodó los ojos de fastidio tras escuchar ese relato.

- las sirenas no existen, sólo son un cuento qué las nanas inventaron para mandar a los niños a dormir - dijo la pequeña.

- existen, hay relatos entre los marineros que hablan de encuentros cercanos con ellas - respondió un hombre joven de estatura media, su expresión parecía de alguien con mucho aburrimiento.

- son cuentos de borrachos, tío Waka - respondió la niña inflando sus mejillas.

- mejor vigila pero es gaviotas no se roben los peces, Senju - dijo el mayor al caminar hacia su camarote.

La niña suspiró pesadamente haciendo un mohín infantil, después le dio una mirada rápida a la ropa que llevaba puesta, la cual ya olía a pescado y además estaba húmeda, Senju ya comenzaba a arrepentirse de su decisión de colarse al barco de su tío y escapar de sus obligaciones como princesa en el castillo.
Senju caminó hacia uno de los costados del barco, se puso de puntitas para poder hacia el mar y notó que todo estaba en orden.
El barco no era muy grande, pero desde la perspectiva de un niño de seis años se veía como un lugar muy grande.

Los minutos pasaban y no ocurría nada, la niña comenzaba fastidiarse e incluso iba de vez en cuando al camarote de su tío para pedirle que regresen a casa, ya que ella tenía antojo de comer panqueques y toda clase de delicias azucaradas. Wakasa no prestaba atención a las quejas de su pequeña sobrina, no importaba lo mucho que proteste, su tío no le prestaba atención a los berrinches de su pequeña sobrina.

Hasta que de pronto los dos sintieron como el barco se sacudía, el movimiento fue tan brusco que hizo que ambos perdieran el equilibrio y caigan sentados al piso.

- quédate cerca del camarote, deben ser los peces - comenta Waka, para este punto su expresión era de sorpresa.

Senju al ser una niña muy curiosa e inquieta, no hizo caso a su tío y quiso ir a investigar por su cuenta. Así que subiendo sobre dos cajas, la niña se asomó para poder ver lo que estaba pasando y entonces ocurrió la desgracia.
El barco fue víctima de otra sacudida, esta vez un poco más violenta que antes y Senju cayó al agua.

Por suerte la pequeña sabía nadar, pero antes de que pudiera nadar hacia la superficie, algo llamó su atención. Nadó hacia la red de pesca y notó cola de pez muy extraña, era muy grande y al principio creyó que se trataba de un monstruo, pero al verla con más detenimiento se dio cuenta de que era una cola muy enjoyada y adornada. Al mirar con más detalle se encontró cara a cara con un niño, tenía aparentemente su misma edad y menos la mitad de su cuerpo era la de un niño, la otra mitad pertenecía a un pez.
Senju se asustó y nadu a la superficie para alertar a su tío.

- ¡Tío Waka, en la red hay un niño! - gritó la niña con todas sus fuerzas.

- ¿Un niño? - se preguntaba el adulto.

Estaba en el mar abierto, no había otros barcos a la deriva la única playa más cercana quedaba a 6 hora en barco, era imposible que un niño haya salido de la nada.

- ¡Dame algo para liberarlo! - gritó Senju desde el agua.

Wakasa al principio no le creyó, pero en verdad desesperación de su sobrina decidió acceder a su petición y le lanzó un pequeño cuchillo. No sin antes advertirle que no se cortara. Senju armada de valor empezó a cortar las cuerdas que formaban la red.
El niño, ojos azules y cabello negro, miraba con profundo terror a la pequeña humana que sostenía ese cuchillo en sus manos.

Fueron los minutos más estresantes, tanto para el misterioso niño, como para Wakasa y para Senju, pero finalmente consiguió liberar al niño de su prisión.

Aunque el niño se negaba a salir, las razón fue porque había un delfín atrapado también en la red, así que la niña tuvo que hacer un doble rescate y finalmente consiguió liberar al animal y al niño.

- ¡Lo logré! - gritó la niña al nadar a la superficie.

Y fue cuando el niño salió que se dio cuenta que no se trataba de un niño como un, el niño tenía cola de pez, sus escamas eran de un azul brillante, tan hermoso que podría confundirse con las mismas aguas. El niño la miró desde abajo en el agua, se negaba a salir habiendo un adulto en la superficie, así que decidió tomar a la niña del brazo y se la llevó ante la mirada atónita de Wakasa.

- ¡E-ey! - fue lo último que grito la niña antes de ser hundida en el agua.

Agradecimiento especial a KitsuneRS que me ayudó principalmente a acomodar a los personajes en sus respectivos roles 🤧
Perdonen alguna falta de ortografía, a veces mi teléfono me cambia las palabras.