Capitulo 11

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PIJAMADA

La cocina es un caos total, hay trastes sucios por todas partes, basura en la isla, cucharas embarradas de distintos ingredientes. Estaría perdiendo el control si no fuera porque yo fui parte del desastre.

Los últimos días han sido increíbles, resulta que Jackson puede ser buen amigo cuando se lo propone. Cada hora de cada día de la última semana nos la hemos pasado juntos, no sé como podemos hablar y hacer tantas cosas sin aburrirnos el uno del otro.

Ahora bien, estamos intentando cocinar. Ninguno tiene la menor idea de lo que hace y esto cada vez se vuelve más divertido.

   —Pero es pastel —Jackson objeta cuando le acerco un vaso con agua—, los pasteles llevan leche.

   —Jackson es instantaneo, sólo haz lo que dice ahí —le señalo la caja.

Sí estamos haciendo una comida elaborada, pero no somos chefs así que nos llenamos de recetas instantáneas o con las instrucciones de preparación en la etiqueta.

   —Jackson —lo llamo cuando veo que le hecha leche en vez de agua a la mezcla.

   —Quedara bien, bonita —sonríe y me acerca su dedo embarrado de la mezcla. —Ves, sabe bien.

   —Bueno te dejo a cargo del postre.

Sonrío y me siento en el pequeño espacio que queda libre en la isla.

   —No se porque las personas dicen que es difícil cocinar —veo a Jackson meter la mezcla al horno—, a nosotros nos sale genial.

   —Es que nosotros somos geniales —se da la vuelta y camina hacia mí.

Me aclaro la garganta y quito a Jackson de mi camino al ver que mi crema de champiñón esta derramándose por todos lados. Escucho a Jackson reírse y apago la estufa.

   —Bueno al menos yo lo soy —se corrige Jackson.

   —Cállate —lo fulmino con la mirada y pruebo la crema.

   —¿Nos salió bien?

No, no nos salió bien. Jackson le hecho como un kilo de sal a esto y no es una exageración. Arruino mi preciosa crema de champiñónes.

   —Sabe salado —lo regaño—, te dije que probaras las cosas para que esto no sucediera.

   —Anne.

   —Pero no, tenías que guiarte por tu estúpido instinto.

   —Anne.

   —¿Cuánta sal tiene esto? —interrogo molesta.

   —No sé Anne ¿Cuánta sal le pusiste? —enarca una ceja y lo miro confundida—, si no mal recuerdo y cito, dijiste "quítate Jackson, mejor se la pongo yo"

Me encojo de hombros al sentir la familiaridad de las palabras. Yo hice eso. Soy una terrible cocinera, ahora el pollo estará salado también. Arruine la comida y le eche la culpa a Jackson.

   —Aún tenemos el postre —trata de animarme—, por lo menos se vera bonito en la mesa.

Lo acomoda en un plato y lo pone en el centro de esta.

Tiene buena pinta, si el sabor fuera tan agradable como la vista y el aroma seguro ya estaríamos en un concurso de cocina.

—¿Cómo sé si ya esta? —le pregunto a Jackson mirando el horno.

—Aquí dice que le metas un cuchillo —lee su teléfono y se acerca.

Encajo el cuchillo en el pastel y efectivamente sale limpio. Tal vez nos quedamos sin platillo principal, pero aún tenemos postre.

Solo una firmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora