Solo una firma

Capitulo 14

COLORES

El recepcionista nos fulmina con la mirada cuando pasamos por la recepción empapando su ostentosa alfombra.

Al llegar a la habitación Jackson se mete al baño y yo aprovecho para cambiarme y ponerme una sudadera de él.

Me siento en la cama esperando aún a que salga del baño pero finalmente el cansancio me gana y termino dormida.

Despierto con una jaqueca y miro aturdida a mi alrededor, no hay rastro de Jackson.

¿Bajo a desayunar sin mí?

Supongo que no debería afectarme, sólo nos besamos y ya.

Eso y que te diste cuenta de que estás enamorada.

El amor es irrelevante ahora. Me levanto y bajo rápidamente a uno de los restaurantes del hotel para buscarlo. Lo encuentro con la mirada en una mesa con varias personas, el chico de la limosina entre ellas, parecen estar bromeando, pero Jackson está apartado concentrado en su plato vacío.

¿Lo habrá llamado su padre?

Es una de muchas opciones, pero sin duda no parece estar bien.

Camino hacia la mesa saludando cortésmente a todos los que están en ella.

Jackson me repara y se para caminando hacia la salida diciendo un «con permiso» dejándome sola en la mesa.

—¿Oye tu hablas español cierto?—me pregunta el primo de Jackson y asiento con la cabeza—. Genial, yo lo estoy practicando ¿te importaría ir por un té para hacerlo?

Sus palabras se me resbalan completamente, creo que estoy mas concentrada en el plato del desconocido el cual los meseros vinieron a recoger que en lo que dijo el primo de Jackson.

¿Qué dijo?

Me levanto aún aturdida queriendo buscar a Jackson.

Seguro fue a la habitación.

—Lo siento, pero creo que debería irme —pronuncio al ver al primo de Jackson esperando una respuesta.

Camino de regreso a la habitación medio confundida e incluso un poco molesta. Abro la puerta lista para reclamar a la habitación que para mi sorpresa está vacía.

¿A dónde fue?

Supongo que tendrá que volver en algún momento.

Eso espero...

Me quedo en la cama esperando, hago un par de cosas como llamar al aeropuerto para ver si ya llego mi maleta, bañarme, buscar algo entre las cosas de Jackson que no me quede gigantesco, entre otras cosas.

Pasan las horas y me comienzo a aburrir después de terminar el principito por duodécima tercera vez en mi vida.

El tiempo solo hace que sienta una ira mayor hacia Jackson.

«¿Qué le pasa?» me repito la pregunta una y otra vez sin encontrar respuesta.

¿Me está evitando?

Quiero pensar que no, pero se vuelven las 11 pm y el aún no ha vuelto. Mi enojo se vuelve en preocupación y comienzo a molestar al recepcionista para que me diga si sabe algo de él.

Mis llamadas se hacen tan frecuentes que incluso llego a encontrar lo agradable en su actitud seca y malhumorada.

Se hacen las 2 am y me doy por vencida, no va a venir y no lo voy a esperar.

Más.

Me recuesto en la cama lista para dormirme y no lo logro. Sólo logro pensar en él, en la noche anterior, en sus palabras que ahora pierden relevancia.