Solo una firma

Capitulo 33

EL CLOSET 

Al empezar esto, creí muchas cosas. Creí que aprendería lo indispensable para no ser tratada como la chica más inexperta de la universidad y creí, también, que me daría cuenta si el amor realmente existía.

Recuerdo una vez cuando iba en el auto con mi madre que comente que si fuera un animal sería un pingüino por que era muy lindo el cómo cuando les gustaba alguien iban y buscaban una piedra perfecta para dársela.

Mi madre esbozó una sonrisa triste y me dijo que ella esperaba que nunca me hirieran por que estaba tan llena de ilusiones y de ideas a cerca del romanticismo que cuando llegara el día en que lo experimentara y me diera cuenta que el amor no existe me iba a lastimar mucho.

No voy a mentir y decir que no me desilusionó.

En ese momento me propuse a toda costa encontrar el amor perfecto para mostrarle a mi madre que existía o tal vez era para mostrármelo a mi misma.

—¿Por qué lloras? —pregunta Adrián y yo le enseño mi celular con la pantalla aún encendida.

—Estoy dentro.

—Y con un montón de puntos de sobra —señala Adrián con una sonrisa —. Vaya Anne Felicidades. Tenemos que celebrar, le puedo decir a Da...

—¡No! —le pido—, Adrián no quiero que nadie lo sepa...

—¿Porqué? —pregunta algo sorprendido, me encojo de hombros y me tumbo sobre el sofa.

Hoy es 30 de agosto.

Ha pasado mucho tiempo.

Tranquilos aún no me separo del desconocido, de hecho fue por ropa a su casa y llevó la mía a lavandería cuando se dió cuenta de que el baúl de ropa no era para la ropa limpia.

Se le hizo imposible que alguien pudiera tener tanta ropa sucia y después de una discusión donde dije "si te molesta tanto lávala" increíblemente fue a lavarla.

Adoro al desconocido.

Hemos pasado algo de tiempo juntos excepto cuando se va con su madre o a hacer sesiones fotográficas con el señor italiano.

En resumen lo más interesante que me ha pasado fue que la madrina de Jackson vino para hablar en persona de algunas modificaciones a su departamento.

Fue increíble por que su madrina me enseñó a pintar al óleo utilizando plantillas para los que no saben ni hacer monos de palo.

Perfecto para personas como yo.

En fin.

Las listas de la universidad salieron desde el 27 y no había el tenido el valor de revisarlas. No sé qué me aterraba más si no haber quedado o haberlo hecho.

En este momento creo que es la segunda.

—¿No piensas ir? —continúa Adrián con tono preocupado.

—Es mi futuro —argumento—, claro que voy a ir.

—¿Entonces? —inquiere.

La verdad es que ni yo lo entiendo muy bien, no me siento muy satisfecha por haber entrado y lo último que necesito son un montón de personas diciendo que lo hice.

—Solo no lo digas —me encojo de hombros y suspiro.

—Anne, si es por tu madre...

—No es por eso —lo interrumpo—, es complicado.

—¿Desde cuándo dices que la universidad es complicada? —pregunta con tono molesto y preocupado —. Siempre lo has tenido claro.

Sí siempre lo he tenido claro.