Capitulo 18

12 3 0
                                    

"No mires hacia atrás por que puedes recordar que hubo un corazón que no te supo amar."
~Anonimo

WILLIAM HARRISON


   —¿Podrías apagar eso? —pregunto con desdén señalando su cigarro—. Sabes que lo detesto.

Escucho una risa salir de su boca y observo como lanza su cigarro al piso y lo aplasta con el pie.

   —Sigues siendo igual de demandante —afirma—. ¿Sabes yo que odio?

   —¿El compromiso? ¿Que alguien crea que eres mejor que esto? ¿Ser honesto con tus sentimientos?

Niega con la cabeza y la inclina al verme. Aborrezco su mirada, sus ojos teñidos de rojo por la marihuana. No me preocupa su comportamiento, estoy segura que de tantas veces que la consume sus efectos empiezan a ser menos notables en su personalidad.

   —Sí odio todo eso —dice para fastidiarme—. Pero también odio haberte escuchado hablar de un chico por más de una hora sin entender por qué me llamaste.

   —Quería saber si vendrías —confieso con nerviosismo y se acerca a abrazarme.

El olor a tabaco con el olor distintivo de la marihuana se funden junto con el de su perfume creando un solo aroma que debo admitir, aunque me es familiar, me sigue siendo desagradable.

   —Siempre me impresionaron los límites inexistentes de tu creatividad —comenta sentándose en el piso e invitándome a sentar a su lado.

Estamos en el techo de mi casa ¿por qué? Por que se me dio la gana y por que este chico tiene un afán muy grande por subir a las azoteas.

Deben ser las 4:30 am, por que aunque no se ve el sol ya los primeros rayos de él se están haciendo presentes desvaneciendo la oscuridad lentamente.

   —Nunca creí que se te ocurría algo como eso —dice terminando con lo que decía antes.

   —Yo tampoco —me encojo de hombros y siento como William pone su chaqueta encima de mis hombros—. No tengo frío.

   —Eso decías siempre y terminabas enferma —me recuerda y siento nostalgia al hacer lo mismo.

   —¿Crees que hago lo correcto? —pregunto con seriedad.

   —¿Le preguntas a un drogadicto vendedor de drogas que si haces lo correcto? —me observa con una ceja enarcada y suelta una risa—. Val tu moral siempre ha sido intachable y de verdad me alegra que hayas salido de tu burbuja, pero si crees que saldrás herida no creo que deberías continuar con eso.

   —Yo nunca creí que saldría herida contigo y sabemos como termino eso —le digo resignada a discutir por eso.

El me mira de reojo y sonríe.

   —No dejaré que hagas eso.

   —¿El qué? —pregunto con inocencia y el ríe.

   —Intentar pelear para cambiar el tema —suspiro y el niega con la cabeza—. De verdad te gusta ¿cierto?

   —Más que tú —admito.

Solo una firmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora