Capitulo 13

11 6 0
                                    

   El capítulo de hoy está bastante mas largo de lo común, pero sentía que si lo dividía iba a quedar bastante incompleto así que opte por dejarlo así. Espero que les guste y avísenme si prefieren capítulos así de largos o que se los divida en dos.

Pd. Por la longitud del capítulo puede que se encuentren con algunos errores (más de los normales), les agradecería con todo el corazón si me hicieran saber de cualquier error que se encuentren.

EL TÍO BORRACHO

—Me lo repite por favor —insisto con indignación.

   —Señorita lo siento, pero su maleta fue enviada en otro vuelo —dice el señor con uniforme al que le tengo ganas inmensas de ahorcar.

   —Okay —digo tratando de recuperar la paciencia—. Entonces ¿Cuándo llegará?

   —Primero necesitamos rastrearla, avisar que la maleta era de este vuelo —me explica su estúpido proceso—. ¿Aseguro su maleta?

Ya está, si no me voy haré una idiotez y el señor sólo hace su trabajo. Me doy media vuelta dejándolo con las palabra en la boca y busco a Jackson con la mirada.

   —Te odio —murmuro cuando llego a su lado y él está con sus 5 estúpidas maletas.

   —Eres un incapaz de odiarme —dice mientras está en el teléfono.

   —Es que no puedo creer que tu tengas tus 5 maletas aquí intactas y yo que sólo tenía una, la pierden.

   —Es que mis maletas son especiales —lo miro con cara de pocos amigos—. Tranquila, yo lo arreglo.

Lo veo irse y me recargo en una de sus estúpidas maletas. No puedo evitar ver feo a todo el mundo que pasa frente a mí con sus maletas, estúpidas personas. Jackson vuelve unos minutos después.

   —Tú maleta está en Alemania —informa—. Llegará en 2 días.

   —Odio este aeropuerto.

El desconocido me ignora y camina hacia afuera, un ayudante lleva las maletas tras él y los sigo.

Salgo tras el desconocido y el clima es mi primera sorpresa al salir del aeropuerto, sin embargo ignorando las bajas temperaturas por un momento doy una vuelta para observar mi alrededor y la felicidad me invade; Londres, estoy en Londres. Aún es imposible que me lo crea, todo luce tan pintoresco, las calles, los taxis que me recuerdan a una película antigua, incluso el cielo parece mas bonito.

El desconocido se acerca y me pone su gabardina por encima —¿Te gusta?—asiento con la cabeza—. Debiste haber traído suéter.

   —¿De que me serviría si mi maleta iba a ser enviada a Alemania?

Sonríe divertido y ruedo los ojos. —Vamos, de todas maneras tu estilo es pésimo, tómalo como una señal.

—Mi estilo no es pésimo —refuto—. Que te vistas como Ken no significa que tenga que vestirme así.

—De igual manera te verías linda —sonríe.

—¿Y qué esperamos? —pregunto al ver a Jackson mirar a los lados en busca de algo—. Ahí hay un taxy.

—Lo veo —señala.

Jala de mi muñeca en dirección contraria hasta llegar a los pies de una limosina. La ventanilla se baja y de ella sale un chico moreno con cabello despeinado de unos 19 años.

   —Súbete Ken, no tenemos todo el día—dice el chico y Jackson abre la puerta.

   —Un cómo estas hubiera sido mejor bienvenida—dice Jackson al meterse al auto después de mí.

Solo una firmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora