INTRUSOS
—Yo y el alcohol no somos compatibles —digo incorporándome.
—Nadie que consuma tantas cantidades lo es —hablo el que le vomito a una chica en estado de embriaguez.
Me siento en la cama y me doy cuenta de que estamos en el departamento de Jackson.
Mucho mejor.
Así no tendré que toparme con Adrián y darle explicaciones de el porqué de mi estado, eso toparme con Daniel o con... absolutamente nadie.
Me vuelvo a aventar a la cama y los rayos del sol comienzan a quemar mi piel —¿Has considerado poner ventanas?
Jackson voltea sonriendo y toma un control de la mesa de noche, aprieta un botón y la luz del sol deja de atormentar mi rostro.
—¿Por qué lo ocultaste todo este tiempo? —pregunto indignada.
—Siempre estuvo en la mesa —se encoge de hombros y me pasa el control.
—Creí que era para la tele —Suelta una carcajada y yo lo veo feo.
Suena un teléfono al que tampoco le había prestado atención y Jackson se apresura a acercarse a responder.
—¿Hola?
Jackson se queda callado mirando a la nada y yo me siento mirándolo con curiosidad. Pasan unos segundos y me empiezo a preocupar por su falta de expresión.
—¿Jackson?—mi voz parece traerlo de vuelta y mira el teléfono de casa.
—No los deje pasar sin mi consentimiento —dice él, pasan de nuevo otros cuantos segundos y lo escucho mascullar un «hijo de pe» que detiene al darse cuenta de que sigue al teléfono—. Ahora bajo.
Jackson voltea dándose cuenta de que tiene mi mirada encima y yo le pido una explicación con la mirada.
—Ahora vuelvo —toma mi cabeza con ambas manos y la atrae a él dejando un corto beso en mi frente.
Lo veo salir de la habitación y volteo a ver el teléfono como si eso me fuera a solucionar alguna de mis incógnitas.
Pasan 10 minutos y decido por fin pararme de la cama, salgo al pasillo y escucho voces provenientes de la sala.
¿Y si voy?
Sería tonto, ni siquiera me he peinado.
Me miro de arriba a abajo para decidir si me dirijo a la sala o no y decido que definitivamente no sería una buena opción.
En primera estoy descalza, en segunda solo llevo una camisa de Jackson sobrepuesta y en tercera huelo a una divorciada alcohólica.
Me doy la vuelta hacia la habitación de Jackson donde supongo es el lugar más seguro en el que claramente podría estar y logro meterme victoriosamente de nuevo entre las sábanas.
Mi aburrimiento crece y mi paciencia se agota, me siento al borde de la cama cuando la puerta es abierta de golpe y veo a Jackson pasar con una expresión agotada.
—¿Qué pasa? —pregunto con un tono preocupado.
—Pareces espantapájaros —dice a respuesta con una sonrisa.
—Eso me pasa por ser buena persona y preguntar.
—Te lo iba a decir de cualquier forma.
—Ti li ibi i... —me detengo al darme cuenta de que perdí el hilo de la conversación principal— ¿Con quién hablabas?
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Solo una firma
Storie d'amoreQué se siente estar enamorado? Es una pregunta que Anne se hace continuamente, solo se puede cuestionar las tonterías que las personas hacen por amor y llegar a la conclusión de que quiere lo mismo. Anne vive con una idea del romanticismo perfecto y...