En medio de la tormenta

Linda máscara

*-Buenos días -saluda papá -la familia Smirnov invitó a toda la comunidad a una fiesta en su casa.

Me detuve en seco.

-¿Pasó algo? -cuestionó papá.

-N-no -sonreí.

Volk... No estaré en su casa a esa hora; miento, si digo que no me emociona ver ese castillo por dentro, pero sus palabras no son muy convincentes ¿Qué se supone que vamos a hacer a esa hora? Mi mente se divide en dos, un lado lindo y el otro... bueno, eso no importaba. De mis pensamientos me distrae la nueva pintura de mamá.

-Es hermosa -menciono, papá sonríe - ¿Acaso ella hace algo horrible?

Papá me informó que iríamos todos juntos, me sentía culpable por la curiosidad, ¿debería ir?, la respuesta es clara, mas no la considero del todo.

En la tarde, después de tres crisis, una pequeña llorada y veinte cambios de ropa, me puse un vestido rojo que llegaba un poco arriba de mis rodillas, me enfrenté a mis inseguridades, no digo que sea fea o que no tenga unas lindas piernas, pero me asustan las miradas de otras personas sobre mí.

-WOW -fueron mis primeras palabras al ver la hermosa mansión por dentro

Era un toque moderno y clásico, casi no había muebles, unas escaleras inmensas decoradas para la ocasión ascendían hacia una fuerte luz, las grandes ventanas estaban adornadas con tonos dorados, papá y mamá saludaron a unos conocidos, pude ubicar a la madre de Volk, tan alta y elegante como siempre, sus rasgos eran muy parecidos a los de su hijo; también había algunos jóvenes, pensé en socializar con ellos, ya que se veían agradables, sin embargo, mi objetivo esa noche era otro, mi mente seguía pensando en Volk. El tiempo fue pasando, mis padres se fueron y yo decidí quedarme hablando con Lali, hasta que tuvo que irse. Estando recostada a una de las paredes sentí unos ojos sobre mí, pero no lograba saber de dónde provenía, estaba a punto de irme a casa cuando un grito acompañado de los jadeos de sorpresa de las personas alrededor me detuvo.

La madre de Volk estaba tratando de liberarse del abrazo de un hombre que se tambaleaba, en un movimiento perfecto se lo quitó de encima, no pasaron dos segundos cuando pude ver a un chico acercándose con pasos firmes y los puños apretados a sus lados, al acercarse a la luz puede verlo mejor.

Volk.

Sus ojos se tornaron por una emoción que conocía muy bien, rabia. En un movimiento rápido tomó al hombre sin mucho esfuerzo y comenzó a golpearlo con ira una y otra vez, el hombre trataba de liberarse, pero Volk sabía lo que hacía, las manos de Volk se mancharon levemente de sangre de la nariz rota del hombre en el suelo.

-No vuelvas a tocar a mi madre -su voz denotaba odio, su madre no medió palabra, lo tomó por la espalda y lo haló hacia ella.

-Estoy bien, amor, estoy bien. 

Volk miró con asco al hombre en el suelo, luego reviso sigilosamente a su madre, al confirmar que estaba bien, puede notar que se relajó, el silencio reinaba hasta que su madre habló.

-Lamento la situación -ella silbó con elegancia y algunos hombres de saco y corbata llegaron al instante -llévenlo al hospital, lamento la situación, sigan disfrutando -pidió amablemente, la música que se detuvo volvió a sonar, las personas poco a poco fueron reintegrados, excepto uno de ellos con el cual volví a cruzar miradas.

≪¿Qué quieres decirme? ≫

Él habla con uno de los hombres de saco, el cual asiente, Volk se vuelve a la oscuridad de donde salió.

No se te ocurra seguirlo.

Antes de que pueda pensarlo, mis pies avanza en su dirección, la luz por este pasillo es tenue y escalofriante, es como un castillo embrujado, desde el pasillo en donde estaba podía ver el patio de mi casa, pasé por una puerta, pero seguí hasta que vi unas escaleras hacia abajo, escuché movimiento, tenía que ser él. Con pasos sigilosos lo vi, limpiando sus manos de la sangre del hombre, me aclaré la garganta apropósito para que notara mi presencia. Secó sus manos y se giró hacia mí.