¿Me convertí en un monstruo? La frase se había formulado en el instante en el que vi a los chicos en aquella blanca habitación. Si quieres vencer a un monstruo, debes entrar en la oscuridad con ellos.
Había puesto una pequeña cámara, en mi ropa, tenía que ser inteligente, ya que por más cosas que hiciera para descubrir que tienen que ver conmigo, jamás encontraría respuestas, ellos mentían demasiado bien. Alisa, la chica tierna y amable que había conocido, estaba con su ropa manchada de sangre, riendo al ver rogar por su vida a otras personas. Karl el chico divertido y bueno, ahora golpeaba contra el suelo a una persona hasta romperle el cráneo y Volk, el chico atento y cariñoso que conocí, ahora analizaba el sufrimiento; jamás sus ojos habían brillado como brillaban ante la terrorífica escena. Estaban mal. Todo estaba mal. Yo comenzaba a estar igual de jodida que ellos, pero no iba a dar un paso atrás.
Llamé a mis padres para desviar mi atención de lo ocurrido, nuevamente otro desagradable tema salió a flote.
-Mamá -bajé la voz- pensarás que estoy loca, pero sé que ellos tienen algo que ver con mis pesadillas.
-Explícame -sabía que tenía su atención.
-Polaris, es el lugar de mis pesadillas y ellos tenían una imagen de ese lugar, por no mencionar toda el aura de misterio que rodea esta casa.
-¿Segura?
-Sí -todo este tiempo había tratado de investigar más, pero era imposible, parecía haber desaparecido todo rastro de aquel lugar.
Preferí cambiar de tema nuevamente. Me tiré en la cama agobiada por tantos pensamientos. Winslet quería encontrarme y ahora estaba en Rusia, en el lugar que albergaba mi pasado, todo recuerdo de este lugar se vuelve borroso en mi mente, no recuerdo el idioma ni nada por el estilo, era muy frustrante; mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de alguien tocando la puerta.
-Adelante -grité desde mi cama.
Era Larissa, entró con una pequeña bandeja.
-No comiste nada - mencionó- entiendo lo incómodo que pudo ser.
Asentí y agradecí.
El hambre se me había quitado, de igual forma acepté la comida.
-¿Está todo bien? -consultó con suavidad.
-Acabo de acuchillar a una persona que no conocía de nada, pero que según sus hijos era mala. No sé como debería sentirme.
Me hacía la idea de donde los chicos habían aprendido tanto, una de las razones era Larissa, la flamante mujer frente a mí.
Ella frunció ligeramente el ceño, suspiró y negó con la cabeza.
-¿De quién fue la idea? -preguntó con voz neutra.
-No lo sé -dije con sinceridad.
Ella no estaba sorprendida, ni siquiera preocupada.
-Esta es mi familia -mencionó casi orgullosa-, nuestra moral es diferente a la tuya, quizás ahora pienses que somos malos, pero todo depende de que lado del juego estés.
-No pienso nada -confesé-, no puedo declarar juicio alguno sobre ustedes, lo que sí puedo hacer es reclamar mi historia.
Su rostro se volvió serio. Me había vuelto loca, estaba enfrentando descaradamente a la matriarca de la familia, sin embargo, estaba tan irritada que no me importó.
-Deja que las cosas sean como tienen que ser.
-¿Y cómo tienen que ser, señora Larissa? ¿Ustedes fingen no saber y yo finjo no buscar? ¿Eso es lo que quiere que suceda?
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En medio de la tormenta
Mystery / Thriller¿Tú serías capaz de brillar en la oscuridad? ¿Serías capaz de atravesar tu propia tormenta de emociones? El juego ha comenzado antes de lo que esperábamos Пусть судьба будет на нашей стороне «Qué el destino esté de vuestro lado»