En medio de la tormenta

Descubrimientos.

-Entra -se apresuró Karl.

Mi mirada no dejaba de viajar a los tres hombres golpeados, y a los chicos que estaban perfectamente. Tambaleando obedecí

-¿Quiénes son? -les pregunté a ambos. Claramente no eran los chicos de hace unos días.

Volk parecía aburrido ¡ABURRIDO!

-Creo que tendremos que hablar luego -propuso Karl tan calmado y simpático como siempre.

Volk ya no nos estaba prestando atención a mí y a Karl, al contrario, su atención estaba en uno de los hombres mal herido.

-¿En que quedamos? -le preguntó, el hombre jadeó de dolor- Ah si.

Comenzó a golpearlo ferozmente, volvía a quedarme pasmada al verlo de esa forma, estaba golpeando al hombre en la cara que casi no se reconocía por toda la sangre que caía a sus alrededores ¿Ese era Volk?

Los hombres más cercanos a mí comenzaron a moverse, Karl los intervino golpeándolos y volviéndolos a acomodar en la silla.

-No te muevas de ahí -me ordenó Karl, totalmente serio- lo digo enserio.

-Ven -llamó Volk a Karl.

Este fue.

-Ilia -giré al lugar proveniente de la voz.

¿Quién era ese hombre y por qué sabía mi nombre?

-¿Quién eres? -pregunté muy bajo mientras los chicos acomodaban el cuerpo del otro hombre en el suelo.

-Ayúdame, Ilia -me rogó.

Pudo ver que no tenía manera.

-Atrás hay un arma -levanté la mirada y ahí estaba.

-Si me muevo van a matarme -le dije un poco temerosa.

-Van a hacerlo de todas formas -aseguró- vale la pena intentar.

-¿Cómo sabes mi nombre? -la conversación fluía a gran velocidad, no teníamos tiempo, no si queríamos escapar.

-¿Conoces a Winslet?

Dejé de respirar.

-Sí.

-Ella está buscándote.

-¿Dónde está?

-Rusia -contestó-, busca el arma.

Mientras ellos regaban líquidos sobre el suelo, tomé el arma, estaba casi completamente tendida en el suelo.

-Ves eso de ahí, bien, quítalo es el seguro, has visto películas, solo aprieta el ga...

Alguien lo golpeó, el impulso llegó hasta mí. Por instinto levanté mi arma apuntándole a Karl.

-Déjalos -ordené- o voy a disparar.

No podía perder a ese hombre, era toda la conexión con mis sueños.

-Baja eso -suavizó- puedes hacerte daño, el retroceso puede lastimarte.

Volk pasó de él acercándose a mí, su rostro, sus manos, su ropa cubierta en sangre me asustó, mi instinto lo hizo. Disparé, sentí una sacudida, todo fue tan rápido, di varios pasos atrás, antes de que mi espalda chocara con una pared y por fin mis nalgas tocaran el suelo. Dolió caer de culo, no voy a negarlo. Estaba pasando un corto circuito, había tantas cosas que procesar le había disparado a alguien, las imágenes aterradoras vinieron, me imaginé ver a Volk sosteniéndose el estomago y jadeando el dolor.

No me lo perdonaría nunca, había herido a otro ser humano; con miedo levanté la mirada, el estaba... Bien.

-¿Qué? -me cuestioné a mi misma.