Malas señales

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Intentó disparar, fui más rápida que él y logré desviar la bala empujando su brazo. Todo el orgullo de Mario se desvaneció y ahora estaba perplejo y asustado.

-Después hablamos, porfa vete.

Alisa al escuchar el disparo salió del auto.

-Что делаешь? ≪¿Qué estás haciendo? ≫

No sonaba preocupada; con calma se acercó.

-Volk - llamé, ni siquiera me miró, su mirada seguía a Mario, quien ya había pasado los muros de la mansión.

- Хуем груши околачивать.

- ¡No seas grosero! -chilló Alisa-, tendremos mucho tiempo para hablar en el avión, vámonos.

Y con eso Volk se dirigió al auto, no sin antes darme una mirada, la cual no sabía si era de rabia u odio, sea lo que sea no me gustaba.

No soporto que me mires de esa forma.

Después de llegar al aeropuerto y pasar todos los filtros de seguridad, un autobús nos llevó hasta el avión, me sorprendí al ver que no iríamos en un vuelo comercial, sino, en uno privado; el avión era bastante grande, con asientos cómodos, televisión y muchas otras cosas, fácilmente podría vivir aquí. Karl y Volk hablaron un rato debajo del avión, no dijo nada durante todo el camino, intenté sacar conversación, no obstante, me ignoró de forma monumental.

-¿Estás lista? -preguntó Alisa sentándose entre Thiago y yo.

-Estoy nerviosa.

Casi no recordaba cómo se sentía subir a ese pájaro gigante.

-Ya verás que no se siente nada, solo en el despegue y aterrizaje, pero lo demás no es nada -pausó- y tenemos pizza.

Eso ayudaba.

Cuando estuvimos todos abordo, Larissa llamó a Thiago liberando mi puesto, el cual después ocupó Volk; comenzó el despegue y sentí un vacío más grande que la vez que me pedí una ensalada en un McDonald, estaba demasiado asustada, fue entonces cuando mi mente se llenó de pensamientos catastróficos, hice respiraciones y plantar la realidad ante tantos pensamientos, con eso logré calmarme un poco. Al elevarnos el avión tuvo un poco de turbulencia, mi única salvación fue tener la mano de Volk cerca.

Él, quien estaba con su cabeza recostada y sus ojos cerrados, abrió los ojos por un momento, miró mi mano sobre la suya y volvió a cerrarlos como si nada, no alejó mis manos, de hecho abrió los dedos para entrelazarlas sin decir una palabra.

Esta era la confusión en la que me tenía y me molestaba no poder entenderlo ¿Estaba enojado? ¿Estábamos bien? De cualquier forma, fue muy gratificante tomar su mano y con eso la sensación de seguridad que venía acompañada. Cuando el avión se estabilizó me sentí más tranquila, aproveché para soltar su mano, quería ver sus ojos por un momento, pero no funcionó, él solo se cruzó de brazos.

Escuché la discusión que estaban teniendo detrás.

-Ilia -musitó Larissa.

Me acerqué para encontrarme con Karl de la forma más tierna que jamás hubiera imaginado, aun con su gran tamaño estaba sobre el regazo de Larissa durmiendo, ella besaba y acariciaba con mucho cariño su cabello, era una cosa tierna y, por otro lado, Alisa, lo miraba con desaprobación.

-Ese era mi lugar -murmuró como niña pequeña.

Gian me señaló a Thiago y entendí que era para que lo llevara delante de la cabina, eso fue lo que hice, quería sentarme junto al lobo, por lo que me fui a un asiento doble a una esquina de la parte delantera de la cabina, pasaron unos minutos y no lograba dormir, solo cerré mis ojos y abracé a Thiago como un peluche.

En medio de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora