Polaris

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Oeste de Rusia, región de Polaris:

-¿Ya lo has enviado? - preguntó el rey sentado en su trono.

El joven mensajero asintió antes de dar la noticia.

-Pero no ha regresado y no lo hará.

El rey se sorprendió por la respuesta, no era la fama de su reino perder a sus soldados.

-¿Qué has dicho? -preguntó tratando de no verse alterado.

-Alguien ha asesinado a nuestro primer espía, el segundo aún la está buscando.

Silencio.

-Sobre la chica.

-Winslet quiere encontrar a una chica, no sabemos el porqué, pero la busca con desesperación, además, no somos los únicos que la buscan.

El rey meditó las palabras del joven mensajero, ¿ellos no eran los únicos que buscaban a la chica? El rey estaba desconcertado, pues no pensó que su plan fallaría, más bien pensó que sería sencillo; su plan se veía ligeramente frustrado por el hecho de que Winslet quería volver, ¿Buscaba a otra chica? Debía ser especial. Al él no le importaba nada más que ver la sangre mortal de aquella joven, Winslet y ahora la chica que estaba buscando, ella era un fantasma, la hija de la reina Sarka estaba muerta ¿Por qué amenazan con regresar?

-No me importa lo que tengan que hacer, asesínenla, a las dos, no podemos correr riesgos.

-P-pero Winslet murió la noche de la luna de sangre -le comentó el mensajero, más que asustado.

-Has lo que tengas que hacer, pero ese fantasma no debe regresar.

El rey meditó en silencio. El mensajero dio un paso atrás, temía sobre la decisión de su rey, pero él no era nadie para cuestionarle.

-Rey -el terror se hizo con él- debe saber que hay más personas involucradas- intervino antes de una decisión precipitada.

El rey puso total atención a las palabras del mensajero.

-La están protegiendo, es pariente de la familia Smirnov, ellos conocen nuestras reglas -el rey notaba la preocupación del joven -sus métodos para conseguir gran parte de sus objetivos son cuestionados por la sociedad de la que son parte, por eso lo hacen en secreto.

-En pocas palabras son sanguinarios -susurro el rey para sí.

-Igual que usted -dijo el mensajero casi sin voz.

El rey no se inmutó ante las palabras de su súbdito, alzo la mano para que el joven continuara.

-En la familia hay alguien más peligroso que Gian Smirnov y su esposa.

El rey apretó la mandíbula por la sorpresa ¿Alguien más peligroso que los esposos Smirnov? Imposible -pensó.

Él conocía los expedientes de los esposos, dos falsos amantes que fueron contra todo y contra todos para amarse con una locura que aterraba, si él debía tener miedo de alguien era de ellos.

-Investiga a sus hijos, tíos, primos, perros, gatos -los pensamientos lo estaban agobiando- a todos, en fin.

El suspiro del joven resonó por la sala.

La reina le había advertido a su esposo muchos años antes -ellos van a regresar- se refería a la antigua familia real -Дерьмо- maldijo para sí el rey, comenzó entonces a analizar.

Si toda la familia real había muerto ¿Quién amenazaba con regresar? La familia Smirnov ahora estaba interesada en Polaris, él le debía muchas cosas a la vida, la sangre de muchos inocentes había ya corrido por sus manos, ¿había llegado la hora de pagar? Un rey como él no se doblegaría ante una familia de enfermos -pensó- para que las cosas fueran más fácil para él necesitaría acabar con alguien de la familia Smirnov, algún ser cercano, pero eso traía consecuencias, recordó entonces el dicho un alma por otra - esa decisión le costaría a algún miembro de su familia y él no estaba listo para decidir.

Las reglas en esta región eran claras, si le robas la vida a alguien importante para ellos debes saber que vendrán contra alguien con la misma importancia para ti. Él no quería pedir ayuda al exterior, eso sería casi una humillación, tomó entonces la decisión de vigilar todas las entradas que llegaran a Polaris, era cuestión de tiempo para que el fantasma y su reencarnación, la chica, regresaran sin mencionar que en tan solo semanas comenzaría la gran tormenta.

En medio de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora