En medio de la tormenta

Archivo P-730

Habían pasado cuatro horas desde que se fue.

-¿Todo bien? -consultó Keer, pasando un brazo por encima de mi hombro.

-Así es -me limité a contestar.

Keer estaba siendo muy amable, era el mismo chico de nueve años atrás, dulce y cómplice, me había ayudado a recordar todo con paciencia y amabilidad.

-¿Dónde está Volk? -escuché preguntar a Alisa en el fondo.

Keer me distrajo.

-Gracias por regresar -me animó Keer- ¿Cómo prefieres que te llame?

No había pensado en eso, todo era confuso, soy Winslet, hija de la reina Sarka y el rey Arseni, por otro lado, también soy Ilia Zaés hija de dos grandes personas que me abrieron su corazón.

-Yo...

- ¡Volk! -chilló Alisa corriendo hacia él.

Ambos se abrazaron, ella lo examinó de forma rápida, por su expresión supe que se encontraba bien -suspiré- él evitó mi mirada a toda costa, quería abrazarlo, por suerte mantuve la compostura.

Thiago llegó junto a él, me acerqué con la excusa de examinar a Thiago, la verdad solo quería ver si Volk estaba bien, tenía algunos rasguños, pero nada más.

Ángela llamó. 

-Todos a dentro.

Antes de entrar detuve a Alisa, ella me miró con extrañes.

-No tiene sentido seguir así, confíe en ti ¿Y qué hiciste? Me lastimaste igual que tus hermanos -las lágrimas corrían por sus megillas.

-Ahora es confuso, pero...

-Cállate -soné más dura de lo esperado- deja de hacer eso, deja de manipular con tus lagrimas falsas, no me vas a convencer con eso -tiré a la nieve la pulsera que ambas teníamos -no vales la pena.

Esas palabras me dolieron, me habían herido y lastimado, me sentí sola, la dejé ahí afuera y volví a dentro.

-Siéntense por favor -ofreció Ángela- hablaremos sobre lo que haremos.

-Se acerca la noche de la luna de sangre, antes de la última gran tormenta, deben estar preparados; por tradición debe haber un duelo a muerte.

-¿Qué quieres decir con eso? -cuestioné.

-Vamos por partes -explicó Angela- primero, tú, al ser la heredera legitima al trono deberás reclamar lo que es tuyo por derecho, deberás proponerle un duelo, este se agregará al duelo establecido con anterioridad.

-¿Voy a pelear a muerte con un señor?

-Con varios de hecho -esa broma provino de Keer.

En ese momento Keer dejó caer un broche, de repente hubo un silencio, adicional un cruce de miradas de parte de Larissa a su familia, ellos se quedaron callados hasta que Karl habló.

-Keer ¿Tú no tienes casa o cómo?

-Tienen razón Keer, no quiero que te metas en problemas.

Él asintió, me dedico una sonrisa y salió. Gian hizo un gesto para que siguiéramos en silencio.

Después de un rato volvió a levantar la voz.

-¿Confía en él Ángela? -consultó Gian.

-Plenamente, él me ha ayudado desde el principio, desde que se enteró que podrías volver no hay un solo día que no me visite y pregunte por ti.

Me sonrojé.

-Puede continuar explicándonos -pedí amablemente.

-Bien, la sangre mortal de uno de los dos debe quedar regada en la nieve antes del amanecer, para que el duelo tenga valor solo uno debe sobrevivir, si los dos, después de las 4:59 de la mañana aún están vivos, el duelo se anulará y ambos deberán buscar hasta el final de sus días completar el duelo, de no hacerlo la región de Polaris está en el deber de mandar a sus guardias a asesinarlos a ambos. No habrá interventores, solo la tormenta y los astros serán testigos del hecho.