Momento familiar

17 1 4
                                    

-Me estás sujetando con mucha fuerza -se quejó.

-Te hice una pregunta.

-Volk -dijo con voz de advertencia.

Ella no contestó, entonces tomé su brazo y la halé dentro de la habitación.

-No vas a hacer lo que quieras conmigo -alegó con un tono tan firme que casi me hace sonreír, casi...

-No irás -me limité a contestarle.

De forma busca se zafó de mi agarre, ordenó su cabello y comenzó a correr a la velocidad que sus zapatos le permitían, apreté con fuerza las llaves en mis manos.

No vale la pena.

No lo hagas, no seas un monstr...

No tuve que correr mucho para alcanzarla, la tomé por detrás y presioné su espalda contra el barandal.

-¿Te gusta desafiarme?

Yo era más fuerte que ella por lo que no me costó mucho trabajo manejarla.

- ¿Qué vas a hacer tirarme de aquí? -desafió nuevamente.

Si supiera que con esa personalidad me atraía más, quizás fuera un poco más manejable.

Cambié mi agarre a su cuello y cintura para poder manejarla mejor, iba a entrar en la jodida habitación, no había más discusión, no para mí.

-No lo lograrás -le sonreí para irritarla.

Ella no dejaba de forcejear inútilmente.

Sentí que su respiración aumentada de forma demasiado rápida y precipitada tragaba con dificultad y cerraba sus ojos con fuerza quizás intentando alejar recuerdos, un ataqué de pánico era justo lo que necesitaba para que bajara sus defensas. Estaba por subirla a mi hombro cuando alguien llegó.

-¿Qué está pasando? -la voz de mi padre resonó en el lugar y a decir verdad ni siquiera el intervendría esta vez.

Escuché el maullido de Thiago, quien se acercó y se puso del lado de ella.

-Volk... -me advirtió con su voz.

Lo ignoré y seguí forcejeando.

-Немедленно остановитесь, последнее предупреждение. ≪detente de inmediato, última advertencia≫

Me detuve; miré sus ojos llenos de miedo ≫no quiero que me temas≪, miré para confirmar que efectivamente la estaba tomando con mucha fuerza, sus brazos y cuello estaban ligeramente rojos.

≪me amabas y aun así me lastimaste≫ su voz resonaba en mi cabeza.

Ella retrocedió al instante que la solté y corrió con mi padre, incluso lo abrazó.

-¿Estás bien? -musitó mi padre.

Ella se sentó y comenzó a controlar su respiración para no tener un episodio de pánico.

La sangre aun me hervía, ¿quería ir?, adelante, no era mi puto problema, pasé por su lado y mi padre me detuvo abruptamente.

-¿Nada que decir? -arqueó una ceja.

Di mi sonrisa más hipócrita, aún no estaba arrepentido, pensaba las cosas a millón, tenía rabia, odio, ira, y necesitaba canalizarla.

-Lo siento -no lo miré, él sabía cómo me estaba sintiendo, tomó de nuevo mi brazo y me entregó su arma, por supuesto la tomé y me dirigí a la parte trasera de la casa en donde solíamos practicar tiro, solté toda mi ira disparando a tantos objetivos como podía, pero no era suficiente así que comencé a golpear un árbol tan fuerte como me era posible, el dolor físico hacía que me olvidara del psicológico, no me detuve hasta ver que mis manos estaban cubiertas de sangre.

En medio de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora