Experimentación

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Las cosas en la mansión se habían vuelto un poco tensas, no sabría explicarlo, era como si las cosas estuvieran por empezar, si algo muy malo estuviera por comenzar.

-Hiciste trampa -reclamó Karl dejando de lado su bebida para concentrarse en el control del PS5.

-Aprende a perder -le recalcó con suficiencia.

Alisa y yo seguíamos viéndolos jugar, hasta que Alisa se aburrió y después de una larga discusión que llevó insultos y amenazas conectaron dos controles más, Karl me pasó mi control. Alisa de inmediato lo apartó.

-Karl es mi equipo -chocaron sus manos-, cuando ganemos no vallas a ponerte como la otra vez -le sacó la lengua como niña chiquita.

-¿Segura que soy yo el que no sabe perder? -la mirada retadora de Volk era la clave para saber que se acercaba otra discusión de media hora y aun que era divertido verlos pelear, ya estaba aburrida.

-Supongo que Volk y yo somos equipo -me giré para verlo- ¿Por qué no empezamos de una vez?

-¿Listos para perder? -preguntó, Karl.

-¿Listos para vernos ganar?

Hasta ese momento todo era divertido, todo lo arruinó el hecho de que había olvidado un pequeño detalle, en mi vida había jugado PlayStation, solo vi un control que fácilmente podría dirigir un lanzamiento de la Nasa, miré fijamente aquel control tan difícil de entender.

-Déjame adivinar -intervino Volk, observándome con detalle- no sabes jugar ¿Cierto?

-Wao, tu sí que puedes detectar hasta las emociones más ocultas -ironicé.

-Eso no es problema -se bajó del sillón frente al televisión para sentarse en el suelo recostando la espalda en el sillón, extendió sus piernas -Ven.

La suavidad en su voz hizo que mi corazón diera un salto. Miré con inseguridad a Karl y Alisa quienes me miraban con atención. Me senté a su lado.

-Comencemos de una vez ¿Quieren? -Karl estaba impaciente 

-Siéntate -señaló sus piernas- si quieres jugar -aclaró al ver mi inseguridad.

No lo pensé mucho, solo lo hice, me senté en sus piernas, de igual forma él quedaba más alto que yo, sus brazos me rodearon colocando frente a mí el control, tragué con dificultad al sentir su pecho pegado a mi espalda.

-¿Lista? -susurró de manera lenta a propósito.

Traté de relajarme y disfrutar el momento, posó sus manos sobre las mías las cuales estaban sobre el control. El juego había sido divertido, pero sentí compasión por sus piernas, yo no era tan delgada, mi peso estaba bien, pero pobre de sus piernas, me deslicé quedando a su lado, mi respiración se cortaba al contacto con sus piernas se sentían tan firmes y fuertes que...

Basta.

-¿Volveremos a una de esas fiestas? -pregunté con curiosidad, la habíamos pasado de maravilla, me tocó conocer la versión borracha de Karl y Alisa, era una locura.

Descubrí el tatuaje de Karl y Alisa, ambos tenían el mismo, era delicado y hermoso a la vez, prometí tatuarme también un día; en la fiesta había personas de muchos lugares, incluso hablamos con unos chicos peruanos que nos enseñaron algunas palabras y me quedé con una en especial. Al salir estábamos felices, muy felices en realidad.

-Por los novios - Alisa alzó la botella que habían comprado.

-Por los futuros novios -brindó Karl.

Yo no entendía, pero me uní al desorden.

-Así es, que sean muy felices esos dos -brindé con champan que por supuesto pagaron ellos.

En medio de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora