Cap. 25 NO LO HARÉ

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*POV SESSHOMARU*

Al encontrarla me sentí feliz, dentro de mi pude sentir como una carga se iba y era reemplazada por una especie de tranquilidad, como si mi corazón fuera purificado.

No sé en qué momento sucedió, solo sabía que la tenía frente a mi, desnuda, es verdad que ya antes había visto su desnudez, pero esta vez era diferente, está vez estaba sucediendo lo que tanta veces desee.

Podía sentir la redondez de esos senos y mi miembro se puso erecto y ella no se detuvo, sabía que podía sentirlo, pero pese a lo sorprendido que estaba no podía dejar de abrazarla.

Me miró a los ojos y sentí su pulso acelerarse, podía sentirlo a través de su blanca piel.

En definitiva este sentimiento me estaba abrumando mucho, era obvio que jamás había estado con alguna hembra pero sabía que lo que quería hacerle a Kagome en este instante era algo sucio.

"Ella esta hermosa*

Yako, justo ahora tenía que aparecer, p Ro no había que hacerle, él y yo éramos la misma esencia.

"Lo es"

"Déjame compartir este momento contigo, deja que la hagas nuestra"

Y así fue, ambos estábamos conviviendo pacíficamente en el mismo cuerpo disfrutando de las caricias de ella, de nuestra hembra.

Enredo sus manos en mi cabello, inclinó su cabeza y profundizamos el beso, metiendo nuestra lengua en su boca. Ella hizo ese sonido gutural y sentimos perder la razón. Su sabor, su olor, toda ella era algo que nunca antes había probado.

Use mi brazo para alzarla y que quedará sobre mi, sonriendo su presión con mi cuerpo. De nuevo sabía que ella podía sentir el miembro, ¿Qué estaba pensando?

Rompimos el beso y la miramos.

Sus labios estaban hinchados y rojos, se veían brillantes gracias a la pequeña capa de saliva del beso.

"Es nuestra" exclamó Yako sonando posesivo, pero por alguna razón eso no me molestaba, era una afirmación, ella nos pertenecía.

Solté mi brazo de su alrededor y ella se sujeto firmemente con sus piernas, y acaricie esos labios, ella sacó la lengua y lamió mi pulgar mientras me miraba a los ojos y decía que quería estar conmigo, ella no sabía que no solo era yo, que éramos Yako y yo quienes deseábamos poseer y adentrarnos en ese cuerpo.

Sentimos como nuestro miembro daba un tirón. Si el maldito pudiera hablar daría su aprobación inmediata.

- ¿Estás segura?

"¿Qué diablos estás haciendo? - gruño Yako

"Ella debe estar segura, somos un demonio Yako"

Yo también estaba a favor de hacerla nuestra pero no quería que fuera apresurado.

- Kagome, no quiero que sientas que tenemos que hacer esto ahora, puedo esperar, he esperado por unos siglos, unos años no harán la diferencia.

Ella solo tenía 17, aunque aquí era algo normal, de dónde ella venía era algo que se debía tomar con precauciones.

Ella negó con la cabeza.

- He querido estar contigo antes. Estamos solos ahora, te quiero y me parece el momento adecuado.

Nosotros también la queríamos, pero quería estar seguro que no fuera algo impulsivo, Yako estaba feliz y contento y sus sentimientos y emociones eran muy crudos y salvajes.

Ojos color ámbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora