*NARRADOR*
Las tres chicas se habían quedado de pie en la entrada de la cabaña.
- Kagome, no debiste decirle eso, llevaba un tiempo esperando por ti, prácticamente toda la tarde - decía Kikyo mientras jugaba con Tetsu.
- Kagome, ¿no crees que deberías ir con él y aclarar todo? - le preguntaba la joven Exterminadora.
Mientras tanto ella seguía confundida, en su corazón quería correr detrás de él y poder aclarar las cosas, pero recordaba las palabras de Inuyasha, no podía dárselo todo fácil se nuevo. Sabía que él no lo odiaba y que tampoco se daría por vencido, así que quería saber hasta dónde sería capaz de llegar.
- Ma - Tetsu reclamaba su atención.
- ¿Tienes hambre? - preguntó ella tomándolo en brazos - tu tía Kikyo ya no podrá seguirte cargando en un tiempo, ella te dará un primo y debe cuidarse.
El pequeño solo veía fijamente a su madre y de repente sonrió.
- Ma - todas ellas sonrieron y lo mimaron.
Tetsu era muy adorable, pero seguía creciendo muy rápido.
- Bueno pequeñín, es hora de tu baño.
Entre las tres prepararon el baño del niño y le dieron de comer, Kikyo estaba muy emocionada por la espera de su propio hijo, pero no sabía cómo decirle a Inuyasha.
- ¿Cuándo piensas decirle? - preguntó Sango.
- Aún no lo sé, Inuyasha tiende a ser muy bruto en ocasiones y muy probablemente ni entendería lo que le estaría diciendo. A veces es un poco frustrante - terminó cabizbaja.
- Ánimo Kikyo, tal vez es así porque se ha perdido muchos años, estuvo sellado y no ha madurado adecuadamente - sugirió Sango.
La pobre Kikyo dió un suspiro mientras acariciaba su vientre.
- Tetsu se ha dormido, esperamos a que lleguen Rin, Shippo y Jaken y podremos ir a tomar un baño juntas, hace mucho que no compartimos la hora del baño.
- Es una excelente idea.
Poco tiempo después llegaron Jaken y los niños.
- Mi señora.
- Mamá, hemos vuelto.
Decía el trío.
- ¿Ha dónde han ido está vez?
- El abuelo Jaken nos ha llevado a conocer a un campo de flores cerca de aquí, ha sido muy bonito - comentó Rin mientras le entregaba un ramito a cada una - ustedes son como estás flores, son muy bonitas.
- Gracias Rin, eres una buena niña - dijo Sango mirándola con nostalgia, mientras un recuerdo se hacía presente en su mente.
- Hermana, para ti - decía un pequeño Kohaku mientras extendía un ramo de lirios blancos.
- Señorita Sango, ¿Se encuentra bien? - preguntó la niña al ver que la mayor había comenzado a llorar.
- Sanguito, Kohaku volverá a nosotros - trataba de darle ánimos Shippo.
- Lo lamento mucho niños, necesito un poco de aire.
- Te acompaño - le dijo Kikyo.
- Niños, iré a tomar un baño y platicar un rato con ellas, no se vayan a ir, su padre debería llegar pronto para si visita de siempre - y mirando hacía Jaken le dijo - cuídalos bien Abuelo Jaken - sonrió haciendo que este se sonrojara.
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Ojos color ámbar
FanfictionKagome está enamorada de unos ojos color ámbar, pero... ¿Los enemigos, las épocas y sus diferencias podrán más que el amor que siente?