Cap. 32 TE ESPERABA

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*POV SESSHOMARU*

- Lo sabías madre.

- Debías haberlo esperado, ella realmente te amaba.

Fui un tonto, debía de saber que ella era muy testaruda, pero jamás pensé que ella pudiera parte de su alma en el pequeño, eso explicaba por qué él estaba muriendo. Ella era un Miko, Tetsu era un demonio no había manera de que pudieran coexistir.

- Ahora que lo sabes, ¿Qué harás?

- ¿Acaso no es evidente?

Tomé a Tetsu y partí hacia la aldea. Cuando llegué Kikyo estaba con ella.

- Era la única manera de salvarla.

- Hmp

Lo sabía, ella sabía que moriría a alumbrar a Tetsu.

- Dejanos solos.

- Está bien.

Cuando salió de la cabaña me senté y acerqué el cuerpo de Kagome a mi regazo.

- Kagome, espero que hayas comprendido porque no podía dejar a Tetsu en tu vientre, quería protegerte, pero de nuevo hice todo mal. Te he extrañado, estos meses estando lejos de ustedes pude entender que tenía algo que proteger. Antes no había entendido esas palabras. Daría lo que fuera por proteger tu sonrisa, tu alegría, tu amor.

Me sentía rendido, ya no podía hacer nada, Tetsu estaba por morir y con él ella también se iría.
Coloqué al pequeño en su regazo y apresar de su debilidad logró hacerse un hueco en su pecho y descansar. Podía sentir que respiraban cada vez más despacio. Hasta que pronto sus latidos y sus respiraciones cedieron.

 Hasta que pronto sus latidos y sus respiraciones cedieron

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*POV INUYASHA*

- ¿Estás segura de que no debimos decirle?

- Estoy segura, Kagome quería que fuera así.

Kikyo había llegado hasta el pozo en su caminata. La noche era fresca y el cielo estaba nublado. Ella, Sango y Kagome se había vuelto grandes amigas. No sabía cuándo lo había decidió Kagome, pero dejarlo por un tiempo había Sido una buena decisión, sin embargo, hacerle pasar por esto, yo no estaba seguro se que pudieran soportarlo.

- Ella lo decidió así, debemos respetarlo Inuyasha.

- Entiendo.

De pronto, se escuchó un grito que venía de la aldea.

- Ha sucedido, ¿No es así?

- Sí, Kagome y Tetsu ya no están - dijo ella mirando a las estrellas.

Solo pude suspirar, jamás entendería el motivo por el que Kagome haría algo así.

- Vamos, debemos regresar.

- Está bien.

Nos dirigimos hasta la aldea, Miroku sostenía a una Sango llorosa, la anciana Kaede estaba parada fuera y su único ojo derramaba lágrimas por los perdidos.
Intenté entrar a la cabaña, pero no me fue permitido, un campo de energía la cubría.

- Él no deja entrar a nadie, es mejor dejarlo por ahora - explicó Miroku.

Dentro, solo se escuchaban pequeños jadeos lastimeros y susurros.

- Kagome, Tetsu, por favor abran los ojos - pedía Sesshomaru.

- Jamás pensé que esto pasaría - dije - Kagome era joven.

- La vida es un instante Inuyasha, gracias a ella estoy de nuevo aquí pero de no haber reencarnado, mi esencia hubiera desaparecido.

- Kagome, Kagome por favor, mírame.

Sabía que ellos no podían escucharlo, pero yo no aguantaba los lamentos de él.

- Sesshomaru - grité - debes dejarla ir.

- Kagome, no tienes idea de cuánto te esperaba, durante siglos estuve esperando por ti, vuelve por favor.

Ojos color ámbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora