cap. 43 INESPERADO

161 26 10
                                    

*POV SESSHOMARU*

- Amo, ¿está seguro de que puede hacerlo? - preguntaba Jaken, a lo cual le di una mirada de advertencia, ¿Cómo se atrevía a dudar? - No me mal interprete amo, pero jamás la ha usado.

Él tenía razón, jamás lo había hecho. Siendo un Lord Yokai no aprendíamos mucho de ello, al menos no los machos, nos enfocabamos en los terrenos y en expandirnos y expandir nuestra descendencia, además, había gente que lo había por nosotros.

Mire hacia el pequeño estante, aún recordaba como obtuve esa pequeña Biwa satsuma (薩摩琵琶), era de cuatro cuerdas y cuatro trastes su plectro era ancho y de madera. Aún recordaba a aquel monje, era algo irónico, había tratado de exterminarme con aquellos canticos, fue mi primer trofeo.

No podía creer que ahora lo usaría para tocarle a una humana, a mi hembra.

- Jaken, vámonos.

Salimos del palacio hacia el pozo devorador de huesos, ahí nos encontrariamos con esos inútiles y sus mujeres que habían sido de más ayuda que ellos.

- Sesshomaru, ¿Qué es esa cosa que traes ahí? - tan tonto como siempre.

- Es un instrumento.

-¿Y sabes tocarlo? No creo que sepas hacerlo.

- Inuyasha - dijo su mujer.

- Está bien, está bien, no hagas corajes o le hará mal a mi pequeña.

- No sabes si será niña.

- Será una hembra - el olor lo delataba - ahora ya están seguros.

- Gra-cias, - dijo ella - supongo - terminó en un susuro.

- ¿Están listos? - pregunté.

- Estamos esperando a Shippo y Rin, dijeron que querían participar para ayudar a sus padres - dijo la Exterminadora.

- Hmp

- ¡PADRE! - se escuchó el grito de Rin - Padre hemos llegado - dijo e hicieron una pequeña reverencia.

- Su madre ...

- Ella está con Tetsu, no te sorprendas cuando lo veas, ha crecido un poco - terminó ella mirando a su hermano.

- ¿Crecido? ¿Por qué ustedes no dijeron nada? - les pregunté a ese par de inútiles.

- Kagome nos pidió no hacerlo, dijo que como no has venido a ver a tu hijo es porque no quieres saber de él y no te podíamos decir nada - comentó Inuyasha - lo que me da alegría, estoy pasando un tiempo formidable con mi sobrino y estoy viendolo crecer.

- Si te golpean no te quejes - le dijo Kikyo. Ella me agrada

- Basta, basta, es hora de irnos y ahí hablaras con ella.

Comenzamos el camino hacia la cabaña de la anciana, no era precisamente un balcón pero tenía un pequeño desnivel y estaba algo apartado del resto de la aldea.

- Bueno, hemos practicado un poco pero no sabemos realmente sí le gustará, a la cuenta de tres. Uno, dos, tres. - dijo la Exterminadora.

Ojalá no hubiera pedido su ayuda para esto, el sonido era de lo más terrorífico, Rin y Shippo habían sacado unas baritas de madera que golpeaban entre sí, Inuyasha había encontrado una especie de taburete. El monje, chocaba un par de piedras entre sí para hacer ruido.
La exterminadora y la mujer de Inuyasha tocaban pequeñas flautas y era lo único armónico.

Mis odios me estaban matando.

- ¿Qué está sucediendo? - Se escuchó la voz de Kagome - ¿Por qué hay tanto escándalo?

Ojos color ámbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora