- Entonces, si somos una sola persona, eso quiere decir que eres un demonio, ¿Cómo es posible que vivas en mi?, Es decir, yo soy una Miko, espera, espera, espera, tú, tú fuiste la que hizo posible que Tetsu fuera un demonio por completo y que no se afectará por mi aura espiritual.
Eso era, había sido ella, no había otra explicación.
- Así es, nuestro primer cachorro ha sido una gran hazaña y nuestro segundo también lo será, ella será muy fuerte, solo que no será como Tetsu.
¿Un segundo cachorro? Estando las cosas como estaban, no estaba muy segura de poder estar así.
- ¿Dijiste ella?
- Así es, ella, será muy hermosa como nosotras y sin duda está siendo muy fuerte y valiente.
- ¿Está siendo? - un minuto - ¿Es tu manera de decirme que estoy embarazada?
- Kagome, no puedo creer que a estas alturas seas muy ingenua yno.comprwndqs tu propio cuerpo.
- Es que no ha pasado mucho.
- Con Tetsu fue mucho más rápido, no sé porque te parece extraño.
- A todo esto, ¿cuál es tu nombre?
- Mi nombre es Yue.
- Y esa marca que tienes en la frente, ¿También me saldrá?
- Jajajaja no, no lo hará. Ahora, debes despertar.
- Entiendo, te quedarás conmigo, ¿Verdad?
- Lo haré.
Y así como todo comenzó pude abrir los ojos.
- Inuyasha, estás aquí.
- Sesshomaru dije que te cuidara. Kagome, ¿Qué está sucediendo?
- No lo sé, no los conozco.
- No me refiero a eso, tu marca, estaba brillando, ¿Qué está sucediendo
- Prometo que te lo mando explicaré Inuyasha, pero por ahora, solo puedo decirte que debemos terminar con esto lo más rápido posible.
- ¿Estás esperando verdad? - preguntó mirando mi estómago.
- ¿Por qué para todos es demasiado obvio?, Sí, estoy esperando a un nuevo cachorro, sin embargo, parece que no será de la misma manera que Tetsu. ------------------------------_------------------------------
*POV YUE*
- Debe ser una broma, ¿Por qué tenías que ser tú?
- No creí que se tratara de ti, Yue - no puede ser.
Me volví hacía su voz, pero no había nadie. Mi consciencia me estaba jugando una mala broma.
- No es ninguna broma, estoy aquí contigo.
- Ya no me sirve que estés aquí, en su momento, me dejaste perder.
- En su momento, mi parte humana estaba naciendo, no había nada que yo pudiera hacer.
- Yako, ¿Lo recuerdas?
- Lo recuerdo - dijo él en un susurro - hubiera deseado que fuera diferente. Tú eres mía - dijo él.
- ¿Tuya dices?, debo reconocer que no me percaté que la escencia de nuestro cachorro era tuya, después de casi un milenio de haberte visto - me burlé.
Jamás olvidaría aquel día.
- Yue, es nuestro destino estar aquí juntos de nuevo, defendiendo a nuestros cuerpos - podía sentir que él estaba ansioso por hablar de nuevo conmigo.
No podía caer nuevamente ante él.
- Kagome no sabe lo que pasó en ese momento, aunque no me extraña que Sesshomaru tenga ese comportamiento estúpido, teniéndote a tí dentro de él.
- No fue mi intención dejarte, pero que hayas regresado ahora, a mi, es algo bueno - decía con una voz ronca.
Sentía su voz detrás de mi, pero no me daría la vuelta, no miraría esos ojos.
- ¿Ahora?, ¿Qué tiene que ver el tiempo? - pregunté confundida.
- Un grupo de guerreros ha declarado la guerra, están al servicio de Naraku, un ser híbrido, y por algún extraño motivo ella, Kagome, tu cuerpo, es su principal objetivo junto con su antepasado.
- ¿Cómo se llama ese grupo? - empezaba a tener un mal presentimiento.
- Sabes quiénes son, sin embargo, ahora portan otros rostros - dijo él.
- Bankotsu - susurré.
No podía ser cierto.
- Es tan cierto como yo - dijo mientras me daba la vuelta y quedaba frente a él.
De repente último recuerdo de los dos me asaltó.
Había Sido una batalla difícil, nos habíamos defendido de ellos.
Él, Yako se acercaba a mi, grande, poderoso, con aquella aura rodeándolo y su miasma haciéndolo tan magnético.
Y ahí me encontraba yo, mirándolo como mi todo, con la espada bañada en sangre y yo misma estando de esa forma.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Y así como llegó ese recuerdo se desvaneció, y frente a mi, estaban aquellos ojos rojos, mirándome con un amor que trascendió aquellos siglos.