cap. 26 SERÁS MIO

235 34 3
                                    

*POV KAGOME*

Todo fue un maldito juego para él, había Sido muy estúpida al creer en él, al entregarme a él.
Me había equivocado y tal vez, cargaría con esa lección toda mi vida.

Él no vendría detrás de mi, lo sabía, la barrera era muy fuerte en este momento.

Pude ver a Inuyasha correr rápidamente hacía mí y puse ver que estaba enojado.

- ¿DÓNDE ESTÁ ESE MALDITO? - gritó

Yo solo pude correr y aferrarme a él. Estaba temblando y sentía que iba a desmayarme.

- Inuyasha, solo quiero irme a casa - dije con la voz entrecortada.

- Primero debes calmarte, tu familia se preguntará qué ha sucedido. Hace casi un mes que no has ido a casa.

Era verdad, hacía un mes que no había ido a casa a causa del maldito de Takemaru, y lo primero que hice fue entregarme a un demonio, al demonio que amaba.

- Kagome - la voz de Sango me hizo levantar la mirada.

Ahí se encontraba Rin junto con Jaken y Ah-Un.

- Madre - dijeron Rin y Shippo.

- Mis niños - solo pude abrazarlos y llorar nuevamente.

- Teníamos tanto miedo, no venías por nosotros, ¿Dónde está mi padre?

Aquella pregunta se clavó en mi corazón, Rin tendría que tomar una decisión.

- Rin, debemos hablar.

- Vamos todos adentro - dijo Sango - Shippo ven, Inuyasha, Jaken, es hora de desayunar.

Ellos se metieron y rin y yo nos fuimos al pequeño puente que había cerca de la aldea.

- ¿Qué sucede madre? - preguntó ella con angustia.

- Sesshomaru y yo - comencé diciendo - hemos decidido tomar caminos separados - ella abrió los ojos enormemente y estaba a punto de llorar - ambos debemos acabar con nuestros enemigos, debemos de estar concentrados, no queremos que vuelva a suceder de nuevo lo que pasó esta vez. Juntos somos un blanco muy fácil.

- No me mientas por favor Madre - dijo mirándome a los ojos fijamente - sé que estás mintiendo.

Yo solo pude suspirar.

- Rin yo...

- Está bien, él a veces es muy brusco y sus motivos habrá tenido para lo que sea que haya pasado. Yo me quedaré con él.
Siempre serás mi madre, ¿no es así?

La envolví en mis brazos y no pude evitar llorar de nuevo.

- Claro que sí Rin, siempre seré tu madre.

De repente y como si algo dentro de mi estuviera mal, sentí que mis fuerzas fallaron y todo quedó negro.

🌸

- Al fin has despertado Kagome, nos asustaste mucho.

- Señorita Kagome, creo que sería bueno que regresara a casa para poder descansar.

Sango y Miroku estaban mirándome preocupados.

- Lo lamento tanto chicos, no quiero dejarlos con esta carga, solo serán unos días, ¿Esta bien?

- Tome el tiempo que necesite señorita.

- Las heridas en el corazón tardan mucho en cerrar y son las más difíciles, no te preocupes.

- Kagome, hay algo que quiero decirte - comenzó la anciana Kaede

- Yo se lo diré - la cortó Inuyasha.

Ojos color ámbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora