- Padre, el hecho de que seas un demonio no quiere decir que seas descortés con mi madre.
Había estado pensando en todo lo que Rin dijo cuando volvió, ella estaba decidida a alejarse de mi. Sabía que Rin estaba disgustada, ya no cantaba, ya casi no hablaba. Pensé en dejarla en la aldea nuevamente pero ella se negó cuando se lo pedí.
Cinco días habían pasado desde que la Vi por última vez, la aldea se encontraba rodeada de una especie de barrera pese a que ella no se encontraba.
Rin había venido corriendo a informarme que ella se había desmayado el día en que nos separamos y que Inuyasha la había llevado a hasta la casa de la anciana. Ella había permanecido dormido por dos días, aunque nadie se lo había dicho para no preocuparla.
Cuando Rin volvió al día siguiente ella se había marchado, en su lugar se había quedado aquella sacerdotisa a la que Inuyasha amaba y que trataría de hacer el trabajo de Kagome mientras ella volvía.
Me ponía ansioso no saber de ella, no saber si aquel ser dentro de ella la estaba matando o simplemente crecía sin dañarla.
Y así, fueron pasando tres semanas más y completaron el mes. Un mes en dónde ella se marchó. ¿Ella pensaría en mi?
- Padre, de seguro estás burlándote de mi.
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Había vendido a la tumba de mi padre, tal vez quería algún tipo de consejo o solo ver cómo había terminado él al amar a una humana.
Pero me había ido justo como llegué, vacío.
Durante ese tiempo pude comprender lo tonto que había sido. Había apartado a mi compañera por mis miedos. A ella y a A mi cachorro. ¿Estarían bien?
Me había encontrado con Kagura, quien había venido a buscar ayuda porque Naraku se había dado cuenta de su traición, estuvo a punto de matarla pero ella fingió arrepentimiento y regresó a él. Pero podía notar en sus ojos ese sentimiento que yo mismo reflejaba por las noches, añoranza.
Estaba decidido a buscarla pero esa barrera aún se mantenía. Sin embargo, su olor se hizo más fuerte.
- Ha regresado.
🌸
*POV KAGOME*
Después de haber ayudado a Kikyo, habíamos estado hablando sobre cómo liberar a Kohaku de Naraku. Solo quedaban los fragmentos de él y del Jóven Koga.
Rin no había vuelto esa noche, así que supuse que seguía dolida por lo que había sucedido entre Sesshomaru y yo. No había más que hacerle, él era un demonio completo era obvio que jamás tendría híbridos y menos aún con una sacerdotisa.
Sin embargo, recordaba los sueños que había tenido, esos niños y él habían dicho y confirmado que su madre era una Humana.
Me dolía el corazón al recordar lo que sucedió ese día, pero no había más.
