Me encontraba saliendo de la casa y sentí de nuevo esa aura demoníaca, lo más curioso es que me parecía conocida. Jamás pensé que él, fuera el responsable.
– Kagome, ¿no crees que la ropa es revaladora? - preguntó aquella voz.
Me sorprendió, es decir, todos andábamos así en esta época, ¿Acaso mi visitante no es de mi hora?
– Dime tu nombre, por favor. - le pedí de nuevo – casi no sé nada de ti y tú pareces vivir en mi mente.
– ¿Mi nombre?, bueno, mi nombre es Yako.
– ¿Yako?, ¿Y de dónde eres?, ¿Cuántos años tienes?, ¿Por qué estás en mi mente?, ¿Soy algún tipo de fenómeno que mi mente en lugar de tener a una mujer tiene a un varón?
–Jajaja ¿Qué cosas dices?, sólo puedo decirte que pronto nos veremos de nuevo. - esa risa, estaba segura de que su tono me era conocido.
– Entonces nos conocemos.
–En efecto. - dijo con un toque juguetón.
–Eres un demonio - no era una pregunta, estaba segura.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pero no dejé que Yako respondiera. Había sentido la presencia de los fragmentos, era posible que Inuyasha hubiera venido. Regresé corriendo hacia el pozo, pero no había nadie, ni un indicio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
– ¡YA ES MUY TARDE! - exclamé, mientras salía corriendo a toda velocidad. ✨
*Pov Sesshomaru*
No podía creer que ella vistiera de esa forma, era muy provocador ese atuendo, o tal vez era yo, que ya no podía verla como esa gritona testaruda que una vez vi en los restos de mi padre. No, no podía ser eso. Era increíble que no notara mi presencia, siempre estaba ausente.
