cap. 41 Era parte del plan

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*NARRADOR*

- Debes mantener la calma Sesshomaru, estoy seguro de que Kagome vendrá - decía el joven hanyo a su medio hermano.

- Joven Sesshomaru, ¿No sería más fácil solo decirle a la señorita Kagome lo que piensa? - preguntaba Sango junto a Kikyo - yo pienso que sería más sencillo y ella estaría contenta.

Era curioso verlo de esa forma, aún seguían sorprendidas y se ruborizaban estando cerca de él, no era para menos, después de haberlo visto un día antes en todo su esplendor y con tremendo paquetón no era algo simple de olvidar.

- Sanguito, nosotros los hombres somos diferentes a ustedes, nosotros lo demostramos con hecho, ustedes son más de palabras. Yo te quiero mucho y eso lo sabes pero también me gusta demostrártelo - dijo el monje mientras acariciaba sus glúteos bien redondos de la joven Exterminadora.

- Excelencia, creo que a usted le hacen falta modales - dijo y estrelló contra la cabeza del monje a su bumerang.

- Empiezo a pensar que no resultará viendo que no puedes conquistar a tu hembra.

- Joven, no diga eso, siempre me ha funcionado, solo que Sanguito es inmune a mi.

- Sesshomaru, ella realmente te ama, creo y coincido con Sango, es mejor que hables con ella.

- Creo que deberíamos escuchar a esas humanas. - decía Yako en el interior de la mente del Demonio.

- Bueno, ¿Y qué estás esperando? - preguntó Inuyasha

- A que ella vuelva, no encuentro su olor no el de mi hijo.

- Bueno, esperarás solo. Kikyo, vamos, necesito hablar contigo - y tomándola en brazos se la llevó.

La llevo a un pequeño claro que había ahí y la bajo. La tarde comenzaba a caer, por lo que el sol se empezaba a ocultar.

- Kikyo, he notado que tú estás diferente, tu aroma ha cambiado.

- Inuyasha yo...

- Si estás enferma debes decírmelo, la medicina de Kagome es mucho más avanzada ella pudiera ayudarnos.

- Lo sé Inuyasha, es solo que...

- Se que soy muy tonto en ocasiones pero no puedo permitir que enfermes, si algo no está bien contigo podemos solucionarlo.

- Inuyasha...

- Kikyo, tengo tanto miedo que me dejes de nuevo, no quiero perderte nuevamente.

- Inuyasha, ¿Qué cosas dices? Jamás te dejaré de nuevo.

- Entonces que sucede, porque siento que me estás ocultando algo - decía el hanyo mientras tomaba su cara entre sus manos.

Kikyo sintió que las lágrimas rodaban por sus mejillas.

- Oh por Kami, ¿Qué sucede Kikyo?

Inuyasha cada vez se sentía más ansioso. No podía entender porque Kikyo lloraba, ¿A caso alguien la había lastimado?

- Inuyasha yo, quiero decirte algo, p Ro antes, ¿Qué notas de diferente en mi olor? ¿Acaso escuchas algo más además de mi corazón?

Él la miro confundido. Pero prestó atención, podía sentir otro aroma en ella, un aroma completamente diferente y se escuchaba un pequeño revoloteo en su interior. El corazón de Kikyo latía un poco más rápido de lo normal pero ese revoloteo, se parecía a  usando Kagome estaba esperando a Tetsu.

Sus ojos se agrandaron y miraron esos ojos cafés que estaban llenos de lágrimas.

- ¿Es enserio? - preguntó - ¿Hay un bebé en ti?

Ojos color ámbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora