4; trato

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—L-lo siento, debo irme

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—L-lo siento, debo irme.— Intentó meter rápidamente sus cuadernos a su bolso pero una mano tomó con fuerza su muñeca.

—Es de mala educación no saludar...— Elevó con fuerza su brazo, obligándole a ponerse de pie.

Luchar era inútil, de todos modos tenía que admitir que su fuerza no es comparada con la de ellos, pero aún así quiso poner resistencia.

—¡S-sueltame!.— Forcejeó, pero sólo provocó que el agarre se volviera más violento.

—Cálmate, hijo de puta, haremos esto rápido.— Soltó su brazo y rápidamente lo tomó por la camisa, obligándole a verle.— Prometo no matar a tu hermano ni a ti si me ayudas con ecuaciones.—

Souya dejó de forcejear y le observó extrañado.

—¿Qué?...—Relajó ambos brazos, manteniendo su ceño de duda.

—Lo que escuchaste, no puedo permitirme repetir el año y por lo que oí no te va nada mal.— Le soltó con brusquedad empujándolo, provocando que el menor cayera al suelo.

—A-agh...— Sobó con cuidado sus caderas.

—Así que... ¿Tenemos un trato?.— Se acercó nuevamente, esta vez tomándolo por los cabellos del frente, obligando a que lo mirara mientras una mueca de dolor y pánico aparecía en el rostro del peliazul.

—S-sólo si no le haces nada a Nahoya...— Puso sus manos sobre la del rubio, intentando safarse su doloroso agarre.

—¿Entonces a tí si puedo hacerte cosas?.— Volteó riendo a ver a su hermano mayor, quien sólo observaba sonriente el espectáculo.

—Tiene cara de ser un jodido virgen, no pierdas tu tiempo.— Jugaba con sus trenzas.— Hum... me gustaría quedarme a su pequeña clase, pero se me hace tarde y Kakucho me pidió ayuda con unas cosas, suerte con tu reforzamiento, RinRin.— Dio media vuelta, saliendo del sitio.

“—¿V-virgen? ¿Q-qué? ¿Qué me hará...?.—"

Un fuerte sonrojo se apoderó de sus mejillas, aún sintiendo sus ojos aguarse gracias al dolor en su cabeza debido al agarre brusco de su cabello y el miedo en su cuerpo que ahora temblaba.

Rindō soltó un suspiro molesto.

—Bien, no te haré nada, sólo porque tienes una cara bonita y qué lástima me daría rompértela a golpes.— Lo soltó y rápidamente lo tomó del brazo, obligándole a ponerse de pie.— Supongo que tenemos un trato ¿Cierto?.—

Souya asintió.

—S-sí...— Evitó a toda costa mirarle a los ojos.

—Perfecto, vayamos a la biblioteca.—

—B-bien...— Volvió hasta su bolso, arreglando nuevamente sus cosas.— ¿Sabes donde queda?...— Murmuró.

—Por eso te estoy esperando...— Bufó.— ¿Listo? Bien, date prisa.

Del gimnasio a la biblioteca fueron solo cinco minutos, Souya se mantuvo en total silencio mientras Rindō analizaba el paisaje de su nueva escuela.

Ya al llegar al sitio el mayor optó por algún lugar alejado de la vista del resto, sólo para tener silencio y calma.

—Bien, te digo desde ya que no entiendo nada.— Sacó su libro de ejercicios.

—Entonces deberíamos partir por algo sencillo...— Tomó el libro del mayor y buscó las primeras páginas de éste.— Dame un lápiz...—

Rindō sacó uno de su bolso y se lo entregó.

—Primero tienes que separar los términos, y dejar la X a un lado, X o la letra que sea que te aparezca.—

El rubio asintió.

—Reduce estos términos, así, mira.—Comenzó a desarrollar el ejercicio y luego observó a su mayor.

Éste le devolvió la mirada.

—¿Qué?.— Frunció su ceño.

—¿Estás entendiendo?.— Murmuró

—Eso creo...— Le arrebató su lápiz y comenzó a desarrollar el segundo ejercicio.

—Oh, no, primero tienes que separarlos.—

—Ah, ¿Así?.— Le observó de reojo.

—Sí, muy bien.—

Rindō continuó con los siguientes, teniendo errores pequeños en los más dificiles pero extrañamente se volvía dócil cuando era instruido, algo que hizo a Souya disipar un poco su miedo.

La hora pasó algo lenta y discretamente el peliazul revisaba su reloj para irse lo antes posible con su hermano y éste evitara verle con el menor de los Haitani.

—Oh, Nahoya debe estar por salir...— Murmuró, revisando la hora en su teléfono.— Debo irme...— Guardó algunos de sus cuadernos en su bolso.—

—Bien... Mañana te quiero a la misma hora aquí.— Guardó su libro en su bolso, escuchando un sonido débil de afirmación y los pasos del menor alejarse.— Enano imbécil...—

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Zarco ; [ Ringry ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora