—Oh, al fin llegas Kazutora.— Baji se incorporó desde el suelo.— Souya no nos acompañará, así que sólo seremos los tres.—
El bicolor observó al menor de los Kawata sentado en el suelo comiendo una paleta.
—¿Por qué nos abandonas?.— Soltó un llanto fingido.
—Tiene una cita.— Interrumpió Nahoya.
El menor se tensó, frunciendo aún más su ceño y negando energéticamente con la cabeza.
—No es eso...—
—Awww, el pequeño Angry está creciendo, siempre creí que serías tú el primero en salir con alguna chica.— Palmó el hombro del pelinaranja entre risas.
—¿Qué te digo? Doy asco con las chicas.— Sonrió apenado.— Pero no es que esté urgido ni nada, en verdad no me interesa.— Soltó un amplio bostezo.— Ya vámonos antes que me de más sueño y me arrepienta.— Tiró del brazo a Baji y Kazutora.— ¡Nos vemos Hermano!.—
Souya soltó un largo suspiro, y reposó su cabeza en sus rodillas.
—Qué impotencia...—
—Creí que no se irían nunca.— Una familiar voz lo hizo incorporarse con sorpresa y por ende tirando su paleta al piso.
—Ah, eres tú...— Murmuró apenado, volviendo a apoyar su cabeza en sus rodillas.
—...¿Por qué tienes esa cara?.— Se sentó a su lado.
—Es mi cara de siempre.—
—Luces pálido.— lo tomó del mentón, obligándole a que le viera.
Y otra vez esos lindos ojos azules cielo, brillantes y redondos.
—Me duele la cabeza...— Desvió su mirada, evitando la del contrario.
—Creí que te dolía el tobillo.—
—Nahoya sabe que soy muy malo en los deportes, sólo quiso ayudarme con esa mentira...—
—Bien, como sea... No me interesa, date prisa y vayamos a la biblioteca.— Tomó con fuerza su brazo, obligándole a ponerse de pie junto a él.
Volviendo al mismo lugar en la biblioteca de ayer Rindō sacó su libro y estuche. Partieron repasando lo último que vieron, corrigiendo algunos errores mínimos del mayor y partiendo con nueva materia ligeramente más avanzada.
Los minutos pasaban y se notaba como Rindō volvía a su comportamiento dócil, intercambiando algunas palabras mínimas con el menor.
—Oye, enano.— Mordió la punta de su lápiz.
Éste elevó su mirada.
—¿Sí?...—
—¿Por qué me estabas mirando en los camerinos?.—
—Ah, me parecieron interesantes tus tatuajes... Sólo conozco a dos personas que tienen uno, pero nunca he visto uno tan grande y detallado.—
Rindō pareció analizar un poco la situación.
—Oye, he avanzado bastante hoy, así que... Mmmm, ven conmigo.— Guardó rápidamente sus cosas en su bolso.
—¿Eh?...— Una vez listo el mayor volvió a tomar con fuerza el brazo de Souya, arrastrándolo consigo por los pasillos de la biblioteca.
—Apúrate y sígueme el paso, enano.— Salió del sitio, ciertamente aún siendo alumno nuevo se perdía, pero rápidamente reconoció algunos lugares y fácilmente la gran construcción dentro del establecimiento.
—¿A-a donde vamos?.— Le seguía apenas el ritmo, dando algunos tropezones.
—Sólo callate y sígueme.—
Souya reconoció de inmediato la ruta, lo estaba llevando al gimnasio, y una vez dentro lo arrastró hacia los camerinos, cerrando la puerta y encendiendo la luz.
Souya se asustó bastante, teniendo en mente la idea de que aquí será donde probablemente lo mate o golpee hasta aburrirse.
—¿R-rindō? ¿Qué hacemos aquí?.— El rubio finalmente lo soltó y se alejó un par de pasos de éste.
Comenzó a temblar un poco, y aún más cuando vio que el mayor comenzaba a desvestirse.
un voto se agradece 🫐
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Zarco ; [ Ringry ]
Fanfiction"-No me entiendo ni a mi mismo...-" Después de ser rechazados en una gran cantidad de secundarias, los dueños de Roppongi son finalmente aceptados en la misma secundaria que los dueños de Meguro. Un semi AU, algunas cosas permanecen y otras no. Cont...