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Notando que la presencia del rubio no estaba cerca salió de su escondite, apresurando en colocar su ropa y cubrirse del frío exterior

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Notando que la presencia del rubio no estaba cerca salió de su escondite, apresurando en colocar su ropa y cubrirse del frío exterior.

“—Ahora como mierda me devuelvo a casa...—”

—Oye, nunca he visto a alguien tan genial como para darle una bofetada al cuatro ojos.— Una familiar voz femenina le había asustado, estaba justo detrás de él.

—T-tú...— Murmuró, volteando de inmediato.

—No te preocupes, creo que empezamos de mala forma, no me reconozcas como la chica de rodillas frente a Ran.— Soltó una pequeña risa.— Me llamo Imaki ¿Y tú?.— La chica se acercó y revolvió sus cabellos.

—S-souya...—

—¿Qué edad tienes?.— Tomó su rostro entre sus manos, observando bien sus facciones.— Oh vaya, sí eres muy lindo, ya veo porque Rindō te besó.— Sonrió.

Apartó el rostro con un pequeño sonrojo.

—16, ¿Y tú?.—

—Tengo 18.— Se apoyó contra la pared.— No luces como un chico de que anda en estas cosas, eres más como un niño de mamá ¿Rindō te trajo a la fuerza?.—

—A-algo así...— Suspiró.

—Qué hijo de puta... Oye, Sou, realmente me agradas ¿No tienes como devolverte verdad?.— Metió ambas manos en sus bolsillos, dando vueltas alrededor del menor.

—En verdad no, vine sin mi teléfono y además no creo que sea buena idea que alguien sepa que estoy aquí, menos mi hermano...—

—¿Tienes un hermano? ¿Qué edad tiene?.— Se notaba más entusiasmada.— ¿Es mayor que tú?.—

—Oh, es mi hermano gemelo...— Rascó su mejilla nervioso.

—Ow, casi...— Fingió un llanto.— Bien, te iré a dejar a casa, así que sígueme.— Lo tomó de la mano, caminando y rodeando la vivienda, llegando detrás de ésta, intentando a toda costa no toparse con Rindō.
Vieron un montón de motocicletas y autos estacionados.

La chica fue hasta su motocicleta, una muy bonita, de carrocería fucsia y azul con varios rayones estilo graffiti. Se subió y le hizo una seña al chico de subirse detrás de ella.

—No seas tímido, es mejor que me abraces o podrás caerte.— Sonrió de lado.— Antes que nada ¿De donde eres?.—

—Meguro... Sólo déjame cerca del parque Saigoyāma...— Murmuró.

—Entendido, pequeño ¡Afírmate bien!.— Encendió el motor, haciéndolo rugir un par de veces y de golpe aceleró, haciendo que Souya se aferrara más a ella.

La chica encendió un pequeño parlante amarrado al manubrio, reproduciendo las mismas melodias de la fiesta.

El frío viento de las carreteras despejadas golpeaba su rostro, cerró sus ojos con fuerza y apoyó su cabeza en la espalda de la fémina. Intentaba no pensar mucho en el tema, pero le complicaba, la música activaba sus recuerdos recientes; Las manos de Rindo en su espalda, su entrepierna frotarse con la suya al son de la electrónica, pero aún más sus labios húmedos y el desesperado beso.

Su primer beso.

No dijeron mucho durante el camino, ella simplemente lo dejó tranquilo con sus pensamientos.

Apenas llegaron a la entrada del parque la chica estacionó el vehículo.

—¿Es aquí verdad?.— Detuvo el motor.

—Si... Muchas gracias, Ima-san.— Bajó de la motocicleta.

—Te diré algo, no pienses mal de Rindō ¿Sí? Por fuera es un imbécil al igual que Ran, pero por dentro sólo son dos mocosos de 7 años que aún lloran a su mami.— Sonrió débilmente.— Cuídate Souya-chan.— Volvió a encender el motor.

—T-tu también... ¡Espera! ¿Por qué me ayudaste?— Tocó su brazo antes que comenzara a andar.

La chica sonrió de lado, una sonrisa sincera y melancólica.

—Te pareces a mi hermanito Isamu...— Murmuró apenada.— Es eso... Nos vemos enano.— Aceleró nuevamente, dejando detrás a Souya.

El cielo comenzaba a aclarar, se apresuró por llegar a su hogar, caminando por alrededor de 15 minutos a paso rápido.

Las luces de su casa seguían apagadas, así que aprovechó para entrar en silencio total, viendo la hora en el reloj de la pared; 7:58 AM.
Subió los escalones con cuidado, escuchando los ronquidos de su hermano mayor en la habitación conjunta a la suya, eso le hizo sentir aún más aliviado.

Entró a su habitación y cerró la puerta, suspiró agobiado y comenzó a desvestirse para volver a colocarse el pijama.

Bajó sus pantalones, quitó su poleron y la polera.

“—Ah, la pintura...—”

Volteó a verse en el espejo de pie.

Ahí estaba con su piel palida y vestido únicamente con su boxer morado oscuro y el nombre de Rindō sobre su abdomen.

Cerró sus ojos y suspiró, pero extrañamente en ese lapso de oscuridad sintió las manos del rubio acariciarle la espalda y su caliente respiración en su cuello, nervioso reaccionó y agitó su cabeza.

“—¿Qué fue eso...?—”

(...)

—¿Te sientes mejor?.— Ran se acercó a su hermano quien aún seguía sentado mirando a la nada.

—Quizás...— Tiró sus cabellos hacia atrás, suspirando.— Ya debió irse... Pero me aterra que pueda perderse.— Murmuró.

—¿Y si lo llamas?.—

—Salió sin su teléfono, si lo llamo sonará y su familia se dará cuenta que no está en casa.— Golpeó su cabeza con suavidad por la pared.— Además si lo llamara no me contestará.—

—La fiesta está acabando... ¿Has visto a Ima? No la he encontrado en toda la fiesta.— Sacó un cigarro, encendiéndolo.

—Ni idea... Ven, quiero entrar y beber algo.— Se puso de pie, dándole la mano para que también se levantara.

El lugar apenas reproducía música, ciertamente desde que Rindō fue rechazado frente a todos el ambiente ya no era el mismo, algunos seguían conversando, otros dormían en el suelo bajo los efectos del alcohol y drogas. Ran esquivó algunos cuerpos en el suelo y fue hacia el cooler a un lado de un grupo de jóvenes que aún se mantenían lúcidos descansando en un sillón.

Abrió la caja y le lanzó a su hermano una lata de cerveza, la cual atrapó en el aire.

—Oye, Sayuri ¿Viste a Ima?.— Dio una calada a su cigarrillo.

—Nop ¿Por?.— La chica descansaba en las piernas de otro chico.

—Ah ¿Imaki? Yo sí la vi, se fue en su motocicleta con el niño ese que Rindō trajo.— Un chico de cabellos verde jugueteaba con su piercing del labio.

Rindō escuchó y rápidamente volteó a ver al grupo.

—No me jodas...— Apretó con rabia su lata de cerveza, derramando gran parte de su contenido.

— Apretó con rabia su lata de cerveza, derramando gran parte de su contenido

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Zarco ; [ Ringry ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora