Zarco ; [ Ringry ]

37; encarar

Nahoya entró cauteloso a su hogar, pero a su sorpresa Souya estaba en el sillón grande recostado jugando en la consola.

—¿Qué tal estuvo la fiesta?.— Dijo sin voltear a verle.

—Lo mismo puedo decirte yo ¿La pasaste bien esos dos días? ¿Cómo estuvo besar a Rindō?.— Se acercó a su hermano y le arrebató el mando de Play.

—No tienes derecho a enojarte conmigo, también te escapaste con uno de ellos.— Murmuró.

—... Debiste decirme la primera vez que no fuiste porque querías, si no porque él te obligó a ir.— Se sentó en el suelo.

—¿Alguna vez te has preguntado porqué casi nunca te digo algunas cosas?.— Se incorporó, sentándose en el sofá.— Porque tu respuesta natural es siempre la violencia, sí, Rindō se equivocó al llevarme a ese sitio... Pero ese es un tema mío y de él.— Mordió su labio algo apenado.— Sí, también me besó... pero es porque no sé... quizás se dejó llevar.— Susurró.

—¿Por qué fuiste con él una segunda vez?.— Acarició el puente de su nariz con dos dedos.

—Porque estaría Ima... ¿La conociste?.—

Asintió.

—No quiero pelear por esto, Naho... Tampoco busques pelea con Ran o Rindō...— Acarició el cabello de su hermano.

—Supongo que es inevitable para mí el querer protegerte...— Murmuró, soltando una risa apenada.— A veces tú pareces el hermano mayor...— Volteó a verle.

—Tú siempre serás el hermano mayor.— Esbozó una pequeña sonrisa.— A todo esto ¿Por qué fuiste con Ran? Creí que lo odiabas.—

—Ah, eso... Dijo que haría una fiesta y pensé en que no sería mala idea, a veces no es tan desagradable como siempre creí...—

Souya se tensó un poco, realmente conocía las verdaderas intenciones de Ran.

—Oye... Naho.—

—¿Sí?.—

—No quiero que sigas viendo a Ran.— Susurró.

—¿Por?.— Se puso de pie, sentándose a su lado.

—Un día el me preguntó por ti y... me dijo que le dijera cosas que a ti te gustaran.— Tragó saliva.— Preguntó bajo amenaza...— Desvió la mirada.— Es alguien peligroso, por favor no le sigas viendo. Y además me dijo que... quiere.— Sus mejillas se coloraron.— Acostarse contigo....—

—¿Ah?.— Sus mejillas también se coloraron y rápidamente agitó un poco su cabeza.— Q-qué idiota... Pero supongo que gracias por decírmelo...—

—S-sí...— Revisó la hora en la pared; 4:26 AM.— Oye, hermano, deberíamos seguir durmiendo, ya es tarde y... mañana será otro día...— Suspiró.

—Bien, sube en silencio tú primero, yo quiero comer algo.—

—Como quieras... Buenas noches, Nahoya.—

—Buenas noches, Souya.— Sonrió con calidez.

un voto la concha de dios 🫐