49; camerinos

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—Oye Sou, ¿Quieres ir conmigo después de clases?

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—Oye Sou, ¿Quieres ir conmigo después de clases?.— Raito de su misma clase se acercó algo tímido aprovechando que el peliazul se encontraba solo en su pupitre.

—¿Eh? ¿A dónde?.— Elevó su vista.

—A dar una vuelta ¿Te interesa ir por un café? Últimamente los días son más fríos.— Se sentó en el puesto del frente, volteando la silla para verle.

—Um... Tendría que verlo.— Tocó su mentón algo pensativo.—¿Para qué quieres salir conmigo?.— Le observó confuso.

—Sou, es una cita... sé más despierto.— Pinchó su mejilla con un dedo.

—¿U-una cita?.—

Rindō escuchaba atentamente toda la conversación desde su pupitre y con un rostro sereno apretaba un lápiz con rabia hasta romperlo.

—¿Vienes o no?.— Sonrió de lado y tomó su mano.— Vaya, tienes las manos calientes, qué bien, justo yo las tengo frías.—

Listo, Rindō ya no soportó más.

Se puso de pie y caminó hacia el dúo de los puestos al fondo.

—Oye ¿Por qué lo invitas a una cita?.— Se puso detrás de Souya y dejó ambas manos sobre sus hombros.

—¿Perdona?...— Sonrió de lado algo confundido.

—Él es mío.—

El chico y Souya se quedaron algo sorprendidos por las palabras, aunque Raito no quería problemas con él, no sabía si a él le importaba o no pasar otro año en la correccional.

—Bien, no sabía que tenían algo...— Suspiró agobiado.— Nos vemos, Sou.— Se puso de pie y volvió a su puesto.

Rindō tomó su lugar y se sentó frente suyo.

—¿Qué hiciste?.— Murmuró molesto.

—Te invitó a una cita...—

—Iba a decirle que no...— Sus mejillas tomaron color.— ¿Te pusiste celoso?.—

—Creo que es muy obvio.— Tiró una de sus mejillas con cariño.— Como sea, la siguiente hora es libre.— Sonrió de lado.

—¿C-cómo sabes?.— Apartó su mejilla.

—Le reventé los neumáticos al profesor de Matemáticas.— Soltó un par de risas.

—¿Q-qué?.— Sus ojos se abrieron con asombro.

—Shh... No lo grites ¿Quieres que me castiguen?.— Tocaba con cariño sus mejillas.

—N-no... pero, Rin... Aquí no, Nahoya y los chicos van a volver en cualquier momento.— Apartó su rostro sonrojado.

—Habrá hora libre, créeme.— Pinchó rápidamente su mejilla con un dedo.— Como sea... te veré en los camerinos.— Besó rápidamente su frente y volvió a su pupitre.

Zarco ; [ Ringry ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora