Zarco ; [ Ringry ]

6; curioso

La jornada inició sin mayores perturbaciones, excepto por Baji y Kazutora que llegaron con un particular olor a gasolina y fueron llevados con el delegado del establecimiento.

El primer bloque tocó Literatura tradicional, no hubo nada fuera de lo común, más que el resto de chicos atentos, excepto Mikey que se quedó dormido a mitad de la lectura.

Souya avanzó bastante en el trabajo semestral, teniendo una idea clara de lo que trabajaría, en cambio Nahoya se encargaba de tatuarse las manos con un bolígrafo.

—Ya deja eso...— Susurró molesto.

—Es que no entiendo nada.—

—Ya te expliqué dos veces, tienes que tomar el texto que acabas de leer y reinterpretarlo con uno original...— Le lanzó un pequeño trozo de borrador.

—¿Qué texto?...— Sonrió nervioso.

—No sé para qué me molesto...— Acarició sus sienes.— Más tarde te ayudo...—

—L-lo siento Sou...—

Finalmente tocó el timbre, Nahoya notablemente alegre sacó de su bolso un paquete de galletas.

Mikey no despertó con el timbre, pero sí con el sonido del paquete abrirse.

—Dame, dame, dame.— Se paró y rápidamente fue al pupitre del pelinaranja.

—No, porque luego todos me van a pedir.— Llevó una a su boca.

—Cagón...— Hizo una mueca fingida de dolor.

—Mikey, literalmente tienes tu mochila llena de dulces.— Habló Draken, jugueteando con su lápiz.

—Pero no tengo de esas galletas de estrellitas.— Murmuró "triste"

—Qué pena.— Llevó otra a su boca.

—Yo puedo darte de las mias, Mikey.— Souya sacó su paquete de galletas.

—Gracias, pero quiero las de Smiley.—

—El tema es joderme ¿Verdad?.— Una pequeña vena se asomó en su mejilla.

—Por supuesto.—

—Ya, no llores, aquí tienes una.— Le lanzó la galleta al aire, siendo esta atrapada de inmediato por el rubio.

—¡Gracias!.— Masticó energéticamente.—¿Me das otra?.—

—... No.—

El siguiente bloque tocaba Gimnasia, por lo tanto el grupo debió desplazarse hasta los camerinos respectivos.

—Detesto esta asignatura.— Murmuró el peliazul, deshaciendo el nudo de su corbada y posterior desabotonando su camisa.

—Uy, a mi me encanta.— Nahoya lanzó a al suelo su camisa, colocándose rápidamente su polera deportiva blanca.

—¿Qué deporte correspondía esta semana?.— Baji bajó sus pantalones, colocándose su short deportivo azul.

—Creo que... Volleyball.— Mikey aún no se cambiaba de ropa.

—Agh, creí que tendríamos que correr o algo, no me gusta el Volley.— Mitsuya salió del sitio en compañía del peliazul.

Souya ya estaba listo, sólo esperaba al resto de sus amigos que hacían de todo menos cambiarse de ropa.

Su visión volvió a su nuevo compañero de clase, ahí estaba en solitario quitando su camisa y pantalones. Extrañamente quedó embelaso con el gran tatuaje en su espalda, y más aún cuando volteó a buscar algo en su bolso y reveló el tatuaje delantero, un patrón muy interesante que no podía dejar de mirar y menos analizar.

Rindō se dio cuenta de una mirada bastante insistente, alzó la vista, encontrándose con esos lindos orbes azules observádole curioso.

—Sou, apúrate, ya estamos listos.— Nahoya tiró de su brazo, llevándolo consigo al gimnasio.

—¡Ah! ya voy...—

Rindō fue de los últimos en salir, se tomó su tiempo con la intención de quedarse solo un rato en los camerinos.

—Maldito virgen y hormonal...— Murmuró para si, terminando de cambiarse.