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La película atrapó al menor, estaba sumido en la trama de persecución, sin notar la mirada del rubio sobre él, admirando sus ojos celestes  brillando por la pantalla y sus mejillas rojas por la emoción

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La película atrapó al menor, estaba sumido en la trama de persecución, sin notar la mirada del rubio sobre él, admirando sus ojos celestes  brillando por la pantalla y sus mejillas rojas por la emoción.
La película estaba buena para él, pero más le gustaba la idea de comer dulces mientras analizaba al contrario con la mirada.

Después de 26 minutos la película finalizó.

—Oh, me gustó demasiado.— Volteó a verle.— Gracias por la invitación, Rin.—

—No es nada.— Sonrió de lado.

—¿Ya la habías visto antes?.— Llevó una galleta a su boca.

—Nop, la compré para que la viéramos los dos.— Se acomodó en el sofá.

—Pues me gustó demasiado tu elección.— Esbozó una débil sonrisa.

—Oye, Sou...—

—¿Qué pasa?.—

—¿Puedes recostarte en mis piernas? Quiero... ya sabes, acariciarte el cabello.— Desvió la mirada, avergonzado.

—O-oh... sí.— El calor también subió a su rostro y sin hacerle esperar se acomodó hacia el lado y reposó su cabeza en los muslos del mayor.

Rindō se puso un poco nervioso, pero rápidamente empezó con sus caricias por todo el cabello del menor, era mágico, cada vez que lo tocaba liberaba un rico olor a frutas y chicle que sólo le ponían más emocionado. Sus manos bajaron un poco hasta su rostro, acariciando meloso sus mejillas, sintiendo la suavidad de su sonrosada piel. Lo observó un momento y sus miradas se juntaron, fue inevitable que ambos dieran una tímida sonrisa y sus pulsos se aceleraran.

Souya se incorporó rápidamente con la intención de darle un corto beso en la mejilla y volvió a recostarse.

—¿Eso fue un “Lo estás haciendo bien”?.— Cerró los ojos mientras sonreía.

—Lo fue.—

Subió sus manos hasta tocar las mejillas de Rindō con la intención de acariciarlas, notando como apoyaba su rostro en una de sus manos, casi como un gato pidiendo cariño.

Su corazón sintió un acaramelado calor al verle tan indefenso y cariñoso.

—¿Te quedarías a dormir?.— Susurró.— Desearía dormirme con tus caricias.—

—Mi madre no te conoce...—

—Niño de mami...— Sonrió burlón.

—¿Vives sólo con Ran?.— Bajó sus brazos por el cansancio.

—Ah sí, mi madre falleció hace diez años y mi padre nunca nos ve... está algo ocupado con sus asuntos de empresario, una mierda así.— Suspiró.— Desde los 7 siempre hemos sido Ran, Ima y yo.—

—¿Es como una hermana para ustedes?.—

—Tal vez para mí, Ran a veces se la folla y sería incómodo que la viera como una.— Sonrió de lado.— Pero desde hace un tiempo no se tocan, creo... Ran se encaprichó con tu hermano.—

—Lo sé... Pero Naho parece no tomarlo en cuenta.— Desvió su mirada.— ¿Entonces ellos dos son novios? Ima y Ran.—

—Nop, son como... el pasatiempo del otro, si pueden follar, genial, pero no se aman de esa forma ¿entiendes?.— Volvió a verle.— Ima está enamorada de una chica.—

—Vaya...— Cerró sus ojos.— Lo siento... a veces no entiendo de relaciones distintas a... ya sabes, algo que no sea familia.—

—Yo tampoco...—

Souya le observó con asombro.

—¿Nunca has tenido pareja?.—

—Nunca... No es como si alguien me llamara la atención en ese entonces, la gente va y viene.— Bajó su mano hasta el pecho del menor y comenzó a acariciarle.— Ahora si hay alguien que me llama la atención.— Sus miradas se encontraron.— Eres la primera persona que me hace sentir tan vulnerable y como un tonto...—

—Tu eres la primera persona que me ha dado un beso.— Susurró.

—Entonces si era tu primer beso...— Soltó una suave risa.— Perdón si fue algo... egoísta ese beso.—

—... Tal vez me gustó.— Se acomodó en sus piernas dándose vuelta para poder abrazarle de la cintura.— Por culpa de ese beso estuve pensando mucho en ti.—

—Creo que me enamoré de ti el día en que vi tus ojos.—

—¿Enserio?.—

—Son... ah, no sé... no sabría decirlo.— Sonrió nervioso.—

—Cuando lo sepas, dímelo...— Le dio un corto beso a su abdomen.

Rindō lo apartó de sí y lo tomó bajo los brazos, elevándolo para sentarlo en sus piernas, acomodó su espalda en el brazo del sofá y rápidamente se acurrucó en su pecho, abrazándolo con cariño.

—¿Te molesta si te secuestro y duermes conmigo esta noche?.—

—Sí, lo siento...— Correspondió su abrazo, rodeando su cuello.

— Correspondió su abrazo, rodeando su cuello

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ella es fanática de lo sensual 🫐

Zarco ; [ Ringry ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora