Irila es una joven de 26 años cuenta con un pasado oscuro lleno de dolor el cual desea enterrar y nunca más volver a vivir, escapa de su país natal buscando una nueva vida en Inglaterra con la ayuda de su vieja amiga de la infancia.
Luego de mucho...
Primera advertencia este es un capítulo de calor 🥴🌚🔥 después no quiero quejas (intento hacer lo mejor posible, me cuesta redactar este tipo de hechos 😅). Segundo, espere mucho por este momento 🥳 jajaja espero que seamos varios..¡bueno ya! Disfruten. Me voy ...🚪🤸🏃
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
TOM
Cierro la puerta detrás de mí, mientras el pecho se me incendia, las lágrimas se agolpan en mis ojos deseando escapar, no puedo sacar la frustración que cargo en el alma, pero ya no puedo hacer más, salté desde muy alto pero lo hice sólo y eso es lo que más duele. Quiero arrancarme este dolor de adentro aunque sea a carne viva pero no lo consigo, sólo se que debo alejarme de ella antes que sea más tarde para lo que aún queda de mí, no puedo forzar a Irila contra aquello que no puede hacer, respiró dándome un instante antes de salir de aquí, contengo las lágrimas y camino hacia la escalera con mi ser hecho pedazos. El vacío se vuelve carne nuevamente y aquel hilo de plata se corta perdiendo el rumbo de mi camino, se que no puedo estar lejos de Irila pero necesito ser prudente, darle su espacio y esperar a que todo esto pase, antes de volvernos a encontrar, se que nuestro vínculo ya no será igual, controlar aquella punsion de tenerla cerca será enferma y dolorosa pero prefiero tolerarla si aún que sea eso, me da la oportunidad de mantenerla a mi lado.
-¡TOM!-Me doy vuelta cuando sus ojos acuoso y arremolinados se fijan en mí, salta desde el marco de la puerta como un pequeño Jaguar hambriento de montaña corre desesperada lanzandose a mis brazos, apenas alcanzó a sujetarla me envuelve el cuello con sus brazos dejándome escuchar aquel triste llanto en mi hombro, busco su mirada alzando su mentón hacia mí, su labio tiembla pronunciando las simples palabras que me devuelven la vida.
-No te vayas, no quiero que lo hagas. Me derrito en sus pequeños y tiernos ojos viendo sus pensamientos revelados para mí, puedo ver mi reflejo sintiendo mis muros volver a derrumbarse con la sola caricia tibia de sus manos.
-Quedate conmigo Tom, por favor. Sus ojos se cierran y retuerce sus labios como cada vez que se siente nerviosa humedeciendolos a milímetros de los míos, ya no lo resisto, ni quiero esta distancia entre los dos, sólo la rompo. Mis manos se envuelven a su espalda y múslos mientras nuestras bocas se funden calmando el dolor, agonía y desconsuelo de estos últimos días, Irila se toma de mí cuello uniéndose con la misma necesidad de pasión y consuelo, su lengua baila contra la mía, jugando en mi paladar haciendo que todo mi cuerpo se active, la sujeto contra mi pecho y la llevo cargando hasta su casa.
Golpeó con mi mano disponible la puerta cerrandola detrás de los dos, Irila toma mi cara con sus manos acariciandome y mordiendome los labios, ruego porque no terminé que vuelva a mí.. por entregarle uno más cuántas veces se le apetesca con sólo disfrutar aquel sabor a miel con el cual funde mi carne, continuamos sin poder soltarnos uno del otro, mis manos ruedan por su cuerpo y las suyas dibujan finos trasos sobre mi pecho, comienzo a perder la razón y no hay control en este juego lo sé y estoy seguro que ella también, me toca y logra despertar mi virilidad sin más remedio. Sostengo su cuerpo abrazado al mío caminando hasta su habitación, la llevo hasta su cama, cuando nuestras bocas se encuentran otra vez, enredandose en ese torbellino de sensación, la beso y bajo por su cuello sembrando mi camino personal sobre su piel, enriendo mis manos alrededor de su blusa y la estiró hacia arriba, me encadena a su boca besándome de esa forma irreverente e imposible de hallar clamor a nuestros besos, no alcanzaría uno o cien para apagar el incendio entre los dos, apoyo su cuerpo sobre la cama disfrutando el bello paisaje que contempló de frente, mis labios se prenden a su abdomen subiendo y bajando cuando un suave gemido se desprende desde su interior, la busco otra vez, jugando en su boca como lo hizo ella conmigo, siento a mi ser entero llamándola, reclamando por ella aquí y ahora, necesitandola más que el aire o el agua para vivir, acarició su fleco alborotado sonriendole cuando sus manos delicadas de pintora desabrochan los botones de mí camisa uno por uno, acaricia lentamente sobre las líneas de mí cuerpo hasta desvestirme, me atrae contra ella y logró sentir nuestros corazones bombear juntos como la mayor melodía jamás antes escuchada; dejo mis manos rodar hacia abajo y hago que su short se deslicé sobre sus piernas, encontrandome ahora sólo con su braga azul delante de mí, me dejó guiar por las curvatura de sus piernas acariciando cada rincón, me inclino sobre su feminidad bajando con mi dedo índice la fina tela que separa su carne de mí, besandola casi hasta la punta de su entrada, las retiró y mi sexo se pone duro ante la sola imagen soñada por tanto tiempo, regresó hasta sus labios, observando el avellana de sus ojos derretidos ante cada movimiento colmados de placer, me abraza y enrieda sus piernas a mí cintura golpeando mi pantalón hacia abajo, me desabrocho el primer botón y sus ágiles movimientos de bailarina la ayudan a hacerlos caer, se divierte jugando con mi lengua, la saborea, la enrieda a su voluntad haciendome su sirviente personal, no deseo que se detenga pues todo lo que hay dentro de mí ya se lo e entregado a ella y no me molesta asumirlo, pues es ella quien construye, desarmar, dirige y finaliza las batallas; yo soy sólo su siervo capaz de seguirla hasta el final de las estrellas y el fin del universo mismo si tan sólo se que estará allí guiando el camino.
