••••Capitulo 8••••

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Irila

Apenas puedo detenerme caminó rápido oyendo las asquerosidades de este pervertido cuando mis recuerdos afloran causándome un miedo aún mayor, me aferró a mis cosas viendo al piso intentando buscar algo para defender cuando su aliento abanica mi cabello.

-¡Déjala en paz!-Veo al hombre darle un golpe estruendoso sobre la quijada al pervertido cuando este quiere devolversela, haciéndome salir de mis casillas. Busco en el piso algo pesado hasta hallar una piedra en el borde de la calle y la vereda, la tomó y lo golpeó con fuerza impidiendo que haga más daño. 

Mi corazón se para viendo al sujeto caer noqueado en los brazos del otro, ¿Lo mate? ¡Oh por dios que hice! Regreso prestando atención a sus ojos azules cuando lo escucho felicitarme. No se si mate a alguien y él me alaba.

¡CALLESE! ¡¿QUÉ HACE AQUÍ?! ¡¿POR QUÉ RAYOS ME ESTÁ SIGUIENDO?!-Realmente sueno irritada, pero me asusta esta situación, el hombre golpeado y el que tengo enfrente trayendo mi miseria a flote otra vez.

-Puedo explicartelo ¿Si? Sólo conserva la calma. Apesar de que su cuerpo se mantiene sereno intentando acercarse, no puedo permitirlo.

-¡NO SE ATREVA! ¡ALEJESE DE MÍ! YA USE ESTO CON ESTE HIJO DE PUTA, NO ME PROVOQUE.

-Yo no quería hacerte daño, sólo quería ayudarte. No quiero dejarme convencer por él conozco a las personas de su especie, cuando más encantó tiene la serpiente mayor es su picadura, arrojó mi piedra sobre su hombro intentando alertarlo y me echo a correr, tan rápido como puedo, miro una sola vez hacia atrás viéndolo seguirme y pienso otra vez lo que me trajo aquí motivandome para correr más deprisa.

-IRILA, ESPERA, ESPERA POR FAVOR.

Sacó la tarjeta de mi bolsillo y bajo de dos pasos las escalinatas hacia el subsuelo, veo el amarillo de los vagones parados y marco la tarjeta dejándome pasar, apenas cruzó agarrándome a uno de los pilares cuando veo las puertas cerrarse, aquel hombre se queda del otro lado del Molinete viéndome dolido, apenas puedo respirar me siento agitada, confundida y un poco apenada ¿Y si realmente sólo deseaba ayudarme? Me siento poniendo la cabeza entre las piernas intentando recuperar armonía, tengo ganas de vomitar, pero logró socegarlas durante el viaje a Brixton.

Me doy una ducha y me acuesto en mi cama oyendo un poco de música relajante, no puedo  dormir aún el momento sigue presente en mí, veo al pervertido y al hombre del teatro arriesgándose por mí, al menos su recuerdo me permite creer que está humanidad aún tiene la posibilidad de redimirse y salvarse, sus ojos azules como burbujas incandescente alumbraban la oscuridad de la noche como un lucero haciéndome sentir realmente extraña. Mi puerta se abre y Minerva aparece con una cara llena de felicidad sentándose a los pies de mi cama.

-¡Acabo de pasar la mejor noche de mi vida! George es espectacular, nos llevamos super bien, elegimos la misma bebida y todo como un matrimonio de 50 años, bailamos juntitos y me besó ¡No sabes lo bien que besa amiga! Aún tengo la piel de gallina con ese beso, me dijo para salir el próximo viernes ¿Puedes creerlo? Le guste también, sino no me lo estaría pidiendo. Minerva habla y habla pero yo apenas logró esbozarle una sonrisa, estoy contenta por ella pero está ha sido una noche agitada para mí. Tengo la desgracia de bajarla de su nube cuando me pregunta.

-¿Te sientes bien Linda? Te notó extraña, pasó algo en el teatro. Apenas desliza su mano por mi rostro comprobando igual a una madre el estado de su cachorro cuando ve la mariposa en mi cuello.

¡IRILA! ¿Lo encontraste? ¿Dónde estaba?- Se emociona tanto como yo de volverlo a tener cuando vuelo al sujeto.

-El hombre que ayude, fue hoy al teatro me lo devolvió quedo enredado en la pañoleta que le puse para detener la sangre.

Oscuridad || Fan Fic Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora