—¿Por qué tengo que hacer esto? —preguntó Kenma soltando un suspiro lleno de cansancio.
Sus brazos y piernas ya no daban para más. Había pasado más de media hora caminando de aquí para allá por culpa de Akaashi mientras cargaba con más de cuatro bolsas llenas de ropa.
El partido era el sábado y estaban a viernes. Mientras que Kuroo y Bokuto entrenaban sin descanso, Akaashi y Kenma se encontraban paseando por el centro comercial mientras compraban todo lo que la tarjeta de crédito del de cabellos negros pudiese soportar.
—Porque siempre usas la misma ropa, Kenma... —respondió Akaashi sin mirarlo, más interesado en la vitrina—. Oh, mira, ¡Rebajas de verano! Entremos.
Kenma solo pudo soltar un largo suspiro.
Sí, puede ser que Akaashi tenía razón respecto a su ropa... Casi siempre usaba la misma por el simple hecho de que le causaba muchísima comodidad la misma camiseta negra con los pantalones deportivos color rojo con rayas blancas. ¿Y qué? Nadie podía juzgarlo, era su forma de ser después de todo.
« ¿Qué crees que dirá la gente si siempre te ve con la misma ropa?»
Un escalofrío recorrió su columna vertebral al recordar lo que pasó hace dos años.
Negó y entró con Akaashi al local. Era extenso y sus paredes estaban pintadas de un tono blanco, demasiado iluminadas por las luces leds puestas, estratégicamente, encima de cada perchero. Akaashi, en menos de diez segundos, se perdió por el local. Kenma, por otro lado, soltó el tercer suspiro de la hora y caminó por la tienda, no sin antes dejarle las bolsas a una vendedora.
Terminó enfrente de un perchero lleno de camisetas con talles más grandes que él. No era fanático de remarcar ciertas partes de su cuerpo y si se compraba algo de ahí, Akaashi saldría más que satisfecho.
Comenzó a buscar entre todas e hizo una mueca al no ver ninguna que le llamase realmente la atención. Siguió caminando por el local, intentando encontrar algo que realmente le llamara la atención como para comprarlo.
« ¿Por qué siento que esta camiseta le encantaría a Kuroo?» Se preguntó a sí mismo mientras miraba la prenda de ropa que tenía en sus manos. Era una camiseta negra con tres elementos químicos en medio de una manera muy pequeña. Sonrió inconscientemente mientras la dejaba en su lugar.
Cuando volvió a parpadear se dio cuenta de lo que había pensado.
¿¡Qué hacía pensando en eso!? ¿Pensando en Kuroo? Sintió una gran vergüenza invadirlo, así que simplemente dejó la nueva prenda de ropa que había tomado y corrió hacia otra sección.
¿Qué estaba pasando con él? ¿Por qué el mariscal de campo se había vuelto tan... persistente en su vida?
—Uh... ¿Kenma? —Cuando el teñido escuchó la voz de su mejor amigo, abrió los ojos y lo miró. Akaashi tenía una mirada confundida e incrédula—. No sabía que tenías gustos tan... peculiares.
¿Gustos peculiares? Frunció su ceño. ¿De qué estaba hablando Akaashi? Miró confundido a su amigo y solo un gesto con su mentón fue suficiente para seguirlo con la mirada. Alzó la vista a su lado y leyó el cartel brillante.
«Lencería»
Sus mejillas ardieron.
—Te juro que no es lo que parece-
Akaashi negó. —No, tranquilo. No hace falta que lo expliques, te entiendo: todos tenemos gustos diferentes —. El de cabellos negros no lo dejó ni hablar, simplemente se dio vuelta y comenzó a caminar lejos de él, listo para ir a otra sección.
—¡Sí necesito explicarlo! —exclamó siguiéndolo.
—No, no te preocupes. Lo digo en serio —. Akaashi paró frente a una sección de pantalones—. No le diré a nadie, ni te juzgaré.
Kenma soltó un suspiro y negó; era inútil, Akaashi no le dejaría explicarlo. Miró atentamente como tomaba un pantalón y lo miraba de arriba para abajo.
Hasta que un pensamiento pasó por su mente.
¿Qué hacía Akaashi en esa sección?
—Al final, ¿qué te compraste? —preguntó su mejor amigo mientras se subían al auto, que no era de ellos, sino de Bokuto pero Akaashi se lo había pedido y ¿cómo iba a negarse a una carita tan linda como la de su novio?
—Dos pantalones y tres camisetas. ¿Feliz? —Akaashi sonrió y asintió mientras prendía el auto. —¿Y tú?
—Dos camisas y tres pantalones. Iba a comprarme unas cuantas camisetas pero me acordé que no me gustan tanto. —se encogió de hombros mientras comenzaba a conducir directo a la universidad.
—¿Qué hay de la bolsa de ahí atrás? —preguntó Kenma con una ceja alzada.
—¿Qué bolsa?
—Hay tres bolsas. He visto que en este local te dividen todo por ellas, así que supongo que en una están todos los pantalones, en la otra estarían las camisas y... ¿qué hay en la que resta?
Akaashi sintió sus mejillas arder pero se negó a mirarlo. —Nada importante, solo ropa interior.
Kenma simplemente asintió y miró por la ventana.
—¿Emocionado por el partido de mañana? —preguntó el hombre de cabello negro luego de un tiempo de silencio. Kenma lo miró y asintió.
—Un poco, sí. ¿Qué tal tú?
Akaashi tomó aire y apretó el volante levemente. —Demasiado. Espero que ganen, los chicos han entrenado mucho como para que sea todo en vano.
Kenma volvió a mirar por la ventana mientras jugaba con sus uñas. —Tienen a Kuroo y a Bokuto. Saldrán victoriosos.
—Puede que sí, pero ¿has visto los últimos entrenamientos? Parece que su... ¿rendimiento? Sí, creo que se dice así, parece que su rendimiento ha bajado un poco. El mismo entrenador se lo dijo a Bokuto.
—¿Los dos?
—Más Kuroo que él. Debe tener algo en la cabeza que no lo deja concentrarse —. Akaashi se encogió de hombros —. Bokuto me dijo que ha estado muy estresado con las materias de su carrera pero estoy seguro que logrará afrontarlo. Siempre es así.
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Idiota Persistente | Kuroken
FanfictionLuego de que un extraño levantara del suelo su teléfono antes de bajarse del transporte público, Kenma jamás pensó que su vida daría un giro 360°. Una persona tan vergonzosa como él nunca se imaginó terminar al lado de alguien tan energético como K...