39: Y al final...

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—¿¡Me están diciendo que se arreglaron gracias al parto de tu gata!? —exclamó Hinata con clara indignación.

Kuroo y Kenma asintieron.

Habían pasado dos días desde su pequeña confesión en las escaleras y habían decidido no decir nada hasta que ellos pudieran llegar a un acuerdo sobre lo que pasaría en el futuro.

Básicamente, Kenma empezaría terapia con la ayuda de Kuroo. Lucharía contra sus demonios para terminar en paz y poder iniciar una nueva relación con el pelinegro. Sin embargo, por ahora, ellos se mantenían en una fase de "amigos-novios" donde solo intercambiaban besos y tiempo juntos, siempre siendo los mismos.

Estaban cómodos así y realmente no sabían cuánto tiempo les llevaría, sin embargo, estaban felices por eso y no querían pensar en el futuro ahora mismo. ¡Querían disfrutar!

—Hicimos un maldito plan por ustedes —Bokuto golpeó su cabeza contra la mesa frustrado—, discutí con todos para que mi plan saliera y ustedes... en menos de diez minutos se arreglaron.

—Un verdadero giro inesperado —acotó Kuroo con diversión mientras pasaba su brazo por los hombros de Kenma. El rubio tenía la vista clavada en su comida sin importarle mucho la conversación.

—¿Y ahora qué son? —preguntó Hinata.

—Pues... —Kuroo miró a Kenma y se encogió de hombros—, digamos que...

—Estamos saliendo.

—Sí, eso —asintió dándole la razón al teñido.

—Pues me alegro por eso —Akaashi habló con una sonrisa pequeña—, estoy feliz por los dos.

—¡Mi plan de encerrarlos en el cuarto del conserje hubiera funcionado!

—O quizás no —Kageyama acotó de brazos cruzados—, quizás se peleaban y perdíamos las pocas oportunidades.

—Solo hay que disfrutar el momento —Hinata miró a Kenma y Kuroo—, al igual que Akaashi, me alegro por ustedes.

—¡Y yo por ustedes! —Kuroo exclamó, haciendo que Kenma alzara la vista—. Al fin oficializaron su relación, ¿cierto?

Kageyama y Hinata fruncieron el ceño a la vez.

—¿Qué relación? —preguntó el pelinaranja.

Intercambiaron miradas y parecieron darse cuenta de lo que el pelinegro hablaba.

—Oh...

—No...

—Tú y yo...

Hinata hizo una mueca de asco.

—Ni lo pienses.

—Tú no lo pienses.

—No me gustas.

—Tú tampoco.

Soltó una risa falsa y asintió.

—Genial.

—Sí, genial.

Las parejas observaban la situación como si fuera un partido de tenis. La atención iba y venía sobre cada uno de los menores.

—Es más, me incomodé. Mejor me voy —Hinata se levantó, tomando rápidamente sus cosas.

—No, yo me voy —Kageyama imitó su acción.

—¡No me copies!

—¡Tú no me copies a mí!

Y se fueron por diferentes lados en un parpadeo.

Kuroo y Kenma intercambiaron miradas.

—¿Entendiste algo?

—No, claro que no.

—Mejor no hablemos de eso —Akaashi suspiró. —¿Cómo está Potya?

—Muy bien —Kenma sonrió—, los gatitos están bien pero lloran mucho. Son chillones.

—No me dejan dormir tranquilo —El pelinegro suspiró.

—¿Ya duermen juntos? —Bokuto alzó las cejas. Kuroo y Kenma asintieron indiferentes—, vaya. Y recién llevan dos días.

Akaashi rodó los ojos.

—Déjalos —Bokuto soltó una risa—, en fin, con Kotaro planeábamos salir esta tarde. ¿Quieren venir?

—¿Cómo una cita doble? —preguntó Kuroo con los ojos brillando.

Kenma soltó un suspiro y sonrió de lado negando. Qué tonto era su... no-novio.

—Sí, hermano. ¡Como una cita doble! —exclamó Bokuto. —Suena genial, ¿a que sí?

Kuroo hubiese contestado si no fuera porque su alarma lo interrumpió.

—Oh, tengo una clase —hizo una mueca. Se levantó seguido de Kenma—. Nos vemos en el próximo receso que tengamos en común para la cita doble, ¿sí?

—Claro —Akaashi respondió tranquilo.

—Bien, nos vemos —Kuroo tomó la mano de Kenma y comenzó a alejarse. El rubio se despidió agitando su mano, a lo que Bokuto respondió con la misma acción sonriente.

Al verlos salir de la cafetería, Akaashi y Bokuto soltaron un suspiro.

—Qué lindo es el amor —dijo el mayor pasando su brazo por los hombros del menor.

Akaashi asintió tomando su mano.

—Estoy feliz por Kenma. Al fin encontró un hombre que lo sabe valorar.

—Sí... —Bokuto sonrió de lado—, también estoy feliz por Kuroo. Al fin encontró el amor —soltó una risa.

—Aunque todo pasó muy rápido —hizo un puchero.

—Y todo fue complicado.

—Pero terminaron juntos y eso es lo importante —asintió varias veces.

—Estoy muy feliz por ellos —repitió—, y nunca les diré esto porque soy vergonzoso pero... realmente espero que todo vaya bien para ellos.

—Yo igual. Quiero que solo sean felices.

Idiota Persistente | KurokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora