Capítulo 10

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Bunny se removió un poco de la cama, sintiendo un peso encima suyo. Abrió sus ojos inconscientemente, porque se había quedado dormido junto a la pelirrubia y era algo que no había previsto, pero el cansancio de no haber dormido un día le hizo que cayera en un sueño profundo. Bajo su mirada, encontrándose con la pelirrubia abrazándolo, como si su vida dependiera de eso.

Trato de sacar su brazo de su torso, pero le era difícil, porque la pelirrubia más lo abrazaba. Tocó su melena varias veces, viendo como el ceño de ella se frunció y empezó a despertar.

— Parece que soy tu peluche para que me abraces así — dijo Bunny.

Lilly abrió sus ojos, después de ver cómo lo estaba abrazando. Se separó abruptamente, casi terminando en el suelo si no hubiera sido porque Bunny reaccionó y no dejo que ella cayera de esa manera.

— Te vas a lastimar.

Ella se incorporó en la cama, alejándose un poco de Bunny. Estaba que moría de la vergüenza y su rostro se calentó como fuego.

— L-lo siento, yo...

— No te preocupes.

Bunny se levantó de la cama siendo observado por la pelirrubia, que le seguía con la mirada.

— No me mires así.

— Oh, yo lo siento — dijo mientras se movía al otro lado. Bunny se dio cuenta de ello.

— ¿Tanto miedo me tienes?

— Como no quieres que me des miedo si tú me secuestraste, me golpeaste, mataste a alguien frente mío, y me dejas con frío y hambre en esta oscura habitación.

Bunny comprendió.

— Entiendo.

— Si entiendes entonces ¿Por qué me tienes aquí?

— Tengo mis razones, pero esto fue algo precipitado, aún no estaba en mis planes secuestraste. Sin embargo estuviste en ese mismo momento que estuve matando a una persona y era más que obvio que no te iba a dejar allí.

— Entonces si no estuviera allí, no hubiera sido secuestrada.

— Si no hubieras estado allí, de igual modo te iba a secuestrar... Solo estaba buscando el momento perfecto.

Lilly abrió los ojos de sorpresa por la tanta seguridad en su voz. Hace algunos días atrás, tenía la sensación de que alguien la observaba, pero no era producto de su imaginación porque en realidad si había sido eso.

— ¿Entonces me estabas siguiendo?

— Todos los días.

— Pero...

— Setenciasté tu secuestro en el momento que me diste la curita para mi herida.

Un click sobre ese momento apareció en la mente de la pelirrubia, sorprendiéndose más de que ese chico era en realidad un criminal. Estuve a lado de un criminal y no me di cuenta.

— ¿Te acuerdas de la persona que te tropezasté en tu universidad y en el museo? — preguntó — Era yo.

Lilly empezó a temblar del miedo. Él siempre la estuvo mirando desde lejos, la estuvo persiguiendo todo este tiempo y ella nunca le tomo atención.

— ¿M-me vas a matar como todos ellos? — preguntó aterrada.

— Por el momento no ángel. Me interesas mucho, así que no te librarás tan fácil, pero si intentas escapar, aunque es imposible, tu morirás antes de tiempo.

La debilidad de un psicópata (Primera Trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora