La debilidad de un psicópata (Primera Trilogía)

Capítulo 13

El comandante estaba muy estresado. Había pasado una semana, una maldita semana que no había parado los horribles y escalofriantes muertes de hombres y mujeres en la ciudad. Ahora no solo era Bunny, sino también Dolly, una de las criminales más buscadas anteriormente por el país, pero un día despareció sin dejar rastro, dejando el caso de Dolly, archivado.

Dolly era muy inteligente a la hora de matar y deshacerse del cuerpo de su víctima. Tenía el mismo modus operandi al igual que Bunny, con la única diferencia que Dolly dejaba su marca en la víctima, dándole entender al gobierno y a la policía que ella era la responsable de aquellas muertes.

Estaba siendo un caos.

Bunny había desaparecido en esa semana, pero los problemas habían con el regreso de Dolly. ¿Acaso todo eso era un juego? Porque si era así, realmente era un sucio juego para despistar a las autoridades y que se den cuenta que ellos eran la burla de dos criminales que jugaban muy bien sus cartas.

— Esto es estresante...

— Esto es un juego para ver quién es el mejor. Hasta donde tuve conocimiento, Dolly ha sido uno de los criminales más buscado en New York... Un día desapareció sin dejar rastro y surgió el famosísimo Bunny, desatando una ola de matanza cruel y despiadado en la ciudad.  Ahora que desapareció Bunny, está criminal nuevamente vuelve. La pregunta es ¿Para qué? Realmente esto es un juego del gato y el ratón, pero con dos criminales en la lista.

— Dolly desapareció. Nosotros pensamos que se había acabado el terror en la ciudad, pero al escuchar otro criminal suelto, fue más desastroso la situación. Ahora no solo estamos tratando de buscar a Bunny, sino también a Dolly.

— Comandante, son dos psicópata sueltos, el día que los encontremos se irán directo a la muerte capital.

— Esa pena ya no se usa Agente, hace mucho tiempo que se dejó ese método de castigo. Las nuevas leyes del país han ido modificándose poco a poco, pero si por mí fuera pondría esa pena a todos los criminales que atrapamos.

— Esto es ridículo, está pena sirve mucho para estos tipos de criminales... Un hospital psiquiátrico no ayudará en nada ni tampoco la cárcel.

— Trataré que me den autorización de la pena de muerte para estos dos criminales. Si los mantendremos en la cárcel, solo será más que una burla.

— En eso estoy de acuerdo comandante — se levantó — Iré a investigar. Necesitamos más pruebas de Bunny como también casos que no han sido presentados en esa carpeta.

El comandante lo miro confundido.

— ¿De qué está hablando Agente?

— Lo que intento decir es que un psicópata haya iniciado su crímenes desde muy pequeño. Pienso y tengo mis argumentos que Bunny haya sido un criminal a una corta edad y que nadie se haya dado cuenta de eso. Eso podría ayudar mucho comandante.

El comandante no había pensado en esas opciones, dándose cuenta que si talves hubiera empezado a investigar desde el principio, hubiera tenido más información.

— Está en todo su derecho Agente.

Él asintió y salió de la oficina del comandante.

***

Matar, matar y matar.

Es todo lo que repetía en su cabeza Bunny. Le picaban las manos de ir y enterrar su navaja en todo el cuerpo de su víctima. Lilly había desatado una ola de emociones en él, haciendo que saliera de su escondite hacia la ciudad.