Capítulo 27

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- No lo puedo creer...

Aquellos documentos contenían los papeles de adopción de Elians Roberts, la partida de nacimiento de Elians Roberts, información de casi todos los niños de la casa hogar, entre ellos, estaba su nombre. Algunos estaban tachados y al ser también unos de ellos, significaba que eran los niños que ya fueron adoptados; los demás estaban fechas de visitas y habían unos cinco que estaban en la mira, es decir, los niños que iba adoptarlos.

- Quería hacer lo mismo con todos los niños de la casa hogar - siseo - Ese maldito no le bastó con arruinar la vida de un inocente, sino que a todos...

- El niño vivió una tortura a lado de ese hombre...

Esto me ayudar mucho con la investigación. Ella no puede ver esto...

- En esa caja fuerte, tiene que haber algo Adam - le indicó la chica.

Tienes razón. Las casas fuertes siempre tienen información valiosa, más si este maldito era un pedófilo y pederasta.

Se levantó, seguido de la chica y extendió sus manos para agarrar la caja fuerte y llevarlo hasta el escritorio polvoriento. Pero, la maldita caja fuerte tenía contraseña. Maldiceó internamente por los atrasos que pudiera tener, y tampoco tenían un martillo o algo para romperlo. Eso iba hacer más complicado de lo que había pensado.

— ¿Hay algo, un martillo o yo que sé para romper esta cosa?

La chica miró por toda la habitación algo que sirva para romper dicha caja y al parecer lo había encontrado. Al otro extremo de la habitación, había una caja de herramientas con algunas telarañas encima. Se dirigió hasta allí, abrió la caja de herramientas y empezó a rebuscar hasta encontrar el martillo.

Suspiró de alivio y le extendió el martillo hacia el castaño. Al instante empezó golpear la caja, viendo como aquello no hacía efecto alguno, pero no se iba a rendir tan fácilmente, así que siguió con el trabajo mientras que Coral estaba pensando algún código, tal y como en las películas de criminales.

Era muy fanática de las investigaciones policiales como también de los criminales y hasta había estado siguiendo el curso de policía, pero la situación económica le impidió seguir con sus estudios. Sin embargo, aún tenía un poco de conocimiento sobre los códigos que suelen utilizar los criminales para tapar sus fechorías.

Esto es difícil.

Espera... — le interrumpió Coral al castaño — Ya se una forma para poder abrirla. Con ese martillo no podrás hacer nada porque el material es uno resistí le, algo que ninguna cosa puede romperla fácilmente.

El castaño dejo el martillo a un lado y dejo espacio para que Coral pudiera hacer su trabajo.

— Al parecer es una caja fuerte antigua, así que mis conocimientos puedan que sirva en esto...

Coral empezó a rodar la cerradura, digitando los números que se asemejaba al color Azul...

4201...

Incorrecto...

Pensó en el otro dígito sobre la figura del triángulo.

0360...

Incorrecto...

Carajos. No es el azul y tampoco es el símbolo de las pedófilos.

Trató de calmarse, cerró los ojos para poder concentrarse y recordar sus investigaciones sobre estos tipos de criminales. Después de algunos segundos analizando y acordándose de algunas cosas, logró recordar el nombre, y aquella podía ser su único código disponible y veraz.

La debilidad de un psicópata (Primera Trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora