Capítulo 17

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Matar,matar, matar, sangre, sangre, sangre, necesito matar ¡Ahora!

Bunny estaba ansioso por matar a cualquiera que se le cruzará en su camino. Recordar su pasado, le llegó esa ansiedad de sangre que recorre por sus venas cada maldito segundo que se acordaba de su sufrimiento del pasado. Maldecía cada cinco segundos, con sus dedos en su boca, siendo mordidos por la desesperación y el frío que le da unos escalofríos horribles por todo su cuerpo.

Avanzó tres cuadras hasta llegar a un barrio de mala muerte. Le encantaba llegar a esos lugares porque podía encontrar a cualquier persona con intenciones de ser matadas al instante.

Su capucha cubría todo su rostro, haciendo que pasará desapercibido por todos las personas que se encontraba rondando el lugar. Llegó hasta un bar, un poco estúpido para su gusto, pero daba igual, solo quería matar.

Entró, siendo recibido por la luz de neón que giraba por todos el establecimiento, ruido de la gente bebiendo y bailando, personas borrachas sentadas en los sofás, ya sea durmiendo o follando. Su cara mostraba asquerosidad por los muebles, es decir, estaban sentados donde otras personas han hecho lo mismo, ¡Joder!

Se sentó en las silla que se encontraban repartiendo bebidas alcohólicas, tratando de que su rostro no haya sido visto.

— ¿Deseas algo de tomar? — preguntó el barman.

Él no venía para tomar bebidas alcohólicas, solo ¡Quería buscar a su víctima!

— Solo dame un poco de cóctel — dijo un poco frustrado.

— De acuerdo.

El barman se dirigió a la zona de las bebidas de cóctel, creando un sabor entre amargo y dulce, claro su experiencia en preparar cocteles eran de los más codiciados por el lugar. Orgulloso de su combinación, le entregó la bebida a Bunny y fue a su puesto para seguir ofreciendo más a los demás que estaban llegando.

Bunny probó el cóctel. Su cara se formó a una ¿Satisfecha? No sabía en realidad, solo podía sentir el sabor del cóctel pasar por sus papilas gustativas, llegando a su garganta hasta su estómago. Estaba disfrutando del sabor del resto de cóctel que aún seguía en el vaso, hasta que sintió como alguien se sentó en sus piernas.

Dejó el vaso en la barra y su mirada se fijó en la mujer que estaba sentada en sus pierna. Su mirada era coqueta y atrevida, su vestimenta podía deducirlo que por poco ya se le miraba su ropa interior, y ese escote hacia resaltar sus encantos.

— Hola bebé, ¿Por qué no vamos a divertirnos? — la mujer pasó su mano por el cuello, luego por el torso y llegando finalmente hasta su entrepierna — ¿Vamos? — y lo besó.

La perra cavando su propia tumba...

Bunny se levantó, casi haciendo caer a la mujer, que al ser insistente, persiguió a Bunny agarrándole desde su brazo como si fuera un chicle andante y salió con él. Siguieron su camino en aquel barrio de mala muerte, donde la chica era manoseada por cualquier borracho que se le cruzaban por allí. Ella se dejaba porque ya era costumbre que le hicieran esos tipos de actos.

Llegaron hasta uno de los callejones del barrio, y sin medir fuerza, Bunny la estampó en unas de las paredes. La chica nisiquiera pudo responder a tiempo, porque inmediatamente la giró con fuerza, le alzó el vestido y bajo su ropa anterior. La chica solo se inclinó hacia él, poniendo y moviendo en círculos sus glúteos en la entrepierna de Bunny.

— Vamos cariño, muéstrame tu lado salvaje y de hombría...

Bunny gruñó y bajo rápidamente el cierre de su pantalón y los bajo hasta sus rodillas al igual que su boxer. Puso su miembro en la entrada de la fémina y entró sin ningún cuidado.

La debilidad de un psicópata (Primera Trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora