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Carla en un mal momento.
—Sí, todo está bien ahora, solo eso.
Ella asiente, nos concentramos en el partido, paso mucho tiempo mientras estabamos en la tensión de si metian o no los benditos goles, mis ojos siempre se gira hacia esa banca a lo lejos, donde se encontraba él, sentía la mayor parte del tiempo su intensa mirada, y cuando giraba mi cabeza para verlo lo encontraba mirándome, mis mejillas se ponían calientes.
Al final del partido los chicos ganan y las chicas celebran, claro era algo que se esperaba, mire hacia donde estaba él de nuevo, y él me sonrió y sonreí, mire que las chicas bajan, y bajo detrás de ellas y espero para decirles felicidades, todos se abrazan y empiezan a jugar entre ellos, no me notaban y comenzaron a retroceder también lo hacía yo, haciéndome perder el balance con los pies de una chica, esperaba por caerme, pero eso nunca paso, siento unas manos en mi espalda. Mi vista paso a esa persona.
—Cuidado Amor.
Me toma de la mano y me planta un beso delicado en los labios, pero muy significativo para mí, luego se van corriendo hacia sus padres y me despide con la mano, así como sus padres, con una sonrisa en todo ellos, devolví el gesto.
—Todo está bien eh, picarona. —me reí y la mire, le guiñe el ojo y ella movió sus cejas. -la acción te espera en casa compañera, te hará sacudir la cama.
—Solo cierra la boca.
...
Desperté y sentí una mano en mi cintura, guie mis ojos hacia esa misma mano, sonrei al reconocerlo, me di la vuelta y es él, sonrió y pasé mi mano por su cabello, por todo su rostro detallando cada parte de él.
—Estoy cansada de verte solo en la tarde, extraño tenerte todo el día, y no poderte besar, no poderte abrazar y pensar que estás cerca de esa maldita todo el tiempo.
Lo atraje hacia mi, una sonrisa se formo en sus labios, imite su acción.
—Quisiera besarte y meterme dentro de tu apretado... —puse una mano sobre sus labios.
Sonreí.
—Hermosa, quiero quedarme...
—Ahora lo puedes hacer, todo el tiempo que desees, sabes que puedes pedirme quedarte cuando quieras.
—Las palabras que todo pervertido desea escuchar. —me carcajee, durante un tiempo, solo me abrazo mientras cerraba mis ojos y disfrutava del momento, tanto que siento mis ojos se cierran otra vez, abrí mis ojos y él tenía sus ojos aun cerrados sonreí, comencé a pasar mis dedos por su cabello —Amor, harás que me duerma de nuevo —dijo con voz relajada y muy ronca, deje de acariciarlo, abrió sus ojos y me miro, y ahí esta ese brillo, el que siempre me encanta ver, la forma en la que me mira hace que me ponga nerviosa, hace que mi cuerpo tiemble, sonrío.
